Hace una semana nuestro compañero Rafa Muñoz falleció después de una enfermedad contra la que luchó como hizo siempre en su vida, con ánimo y fuerza. Aunque somos conscientes de que nuestras palabras y recuerdos no harán nunca justicia a Rafa ni como compañero ni amigo ni persona, no queremos dejar de intentarlo.
Pedro Sáez Ortega le ha compuesto una emotiva canción que compartimos con todos los miembros de nuestra comunidad educativa:
Pónmelo bonito, Rafael - Homenaje a Rafael Muñoz (Mediateca de EducaMadrid) - Letra
Para aquellos que no tuvieron la suerte o el privilegio de conocerle recordamos una entrevista que le hicieron nuestros alumnos en 2019.
A continuación incluimos los primeros textos que nos han llegado en los que recuerdan a Rafa:
… Buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan…
Debí de conocer a Rafa probablemente el mismo día en que por primera vez pisé, hace ya más de dieciséis años, el Clara Campoamor. Lo primero que hizo fue tenderme la mano. “He aquí un hombre bueno”, me atreví a pensar. Pude compartir con él muchos encuentros, menos de los que ahora desearía. Era cercano y jovial, serio, meticuloso, resolutivo, siempre con la palabra justa, excelente conversador, polemista que nunca crispaba, que formulaba la pregunta exacta, que removía inquietudes; profundo conocedor de las realidades contemporáneas… el más genuino Sócrates, me pareció, de cuantos han pisado nuestro Paseo de Filósofos. Nunca negó a nadie su ánimo.
Fue un defensor a ultranza de la enseñanza pública, la única que (como él nos hizo lucir en nuestras camisetas verdes) es de todos y para todos, de la igualdad de oportunidades, de la dignidad suprema del estudio y del trabajo y del convencimiento de que (como decía un poeta al que conocía) ningún privilegio de clase… podrá sostenerse en el futuro: ompromiso ético y cívico, coherencia de pensamiento y de sentimiento, integridad personal.
Pocas, muy pocas cosas en el Clara no han tenido su impronta. Lo de menos son las ventanas y las puertas, mesas y sillas, taquillas, armarios o percheros… Importaba lo que se hacía para la comunidad, para los demás, para todos; pocos como él han sabido cautivar, motivar, movilizar a nuestros alumnos. Y a nosotros mismos, sus compañeros: las salidas, los viajes, los intercambios, la ludoteca, el huerto, los jardines, las exposiciones, la revista, las graduaciones, los murales, los convites, los estrenos de Clamor, los del Teatro de los Viernes, las luces, el sonido, los decorados… ¿cuántos no llevaron la firma de Rafa, pintor, actor y escenógrafo?
¿Quién cuidará ahora de los árboles? ¿Quién mimará las flores?
Rafa era el Instituto.
Hay huecos que no podemos cubrir.
Hay personas que no podemos olvidar.
Manuel M.
Rafa, eres historia de este instituto y del grupo de teatro de los viernes. Te has ido, pero nos has dejado un indeleble legado de buenos valores, de amabilidad, de optimismo y de benevolencia que permanecerá siempre con nosotros. Nunca te olvidaremos
Andrea S.
Querido Rafa:
Al poco de conocerte me regalaste un libro. ¡Qué pronto me calaste! Quien me regala un libro, me gana para siempre.
Y así será, Rafa, porque además del libro luego me han llegado muchos otros regalos de tu parte: tu bondad infinita, tu valentía incansable, tu ayuda desinteresada, tu alegría sin límite, tu energía inagotable y..., lo más importante para mí: tus lecciones de vida, de esas que solo sabe impartir el que, sin rendirse ante la adversidad, las ha aprendido, con coraje y nobleza.
¡Hasta siempre, MAESTRO! Gracias por todo y por tanto. S.T.T.L.
MLPD
Solo puede encontrarse una única certeza
en el interior del jarrón chino que se sabe añicos:
la vida, como el poema,
es apenas posible en el delirio de la brevedad.
Y el tiempo,lo decía Elliot,
es sólo tiempo,
Vivir es necesariamente otra cosa:
el hueco que hay para el asombro
entre la primera señal del nuevo día
y la última uña de sol en el horizonte.
Rafa un fuerte abrazo de tu amigo Agus
No son muchas las veces que tenemos la suerte de conocer a una personal especial.
Tampoco es muy frecuente encontrar una persona querida por todo el mundo y sobre la que nadie pueda hacer un comentario negativo. Rafa, tú eres una de esas personas.
Me cuesta imaginar el instituto sin ti. Todos vamos a extrañar tus carreras de un edificio a otro a menudo acompañado, cual flautista de Hamelin, por algunos alumnos para los que ayudarte con tus tareas en vez de estudiar los verbos irregulares era un soplo de aire fresco. También te extrañaremos tus compañeros porque has sido un regalo para nosotros. Inteligente, generoso, optimista, sincero, íntegro, diligente, luchador, generoso, empático y con ese gran sentido del humor que tantos momentos divertidos nos ha dado. Podría seguir así hasta el infinito.
Me cuesta aún más imaginar un mundo sin ti. Un mundo que tú día a día te has empeñado en mejorar con tu implicación, determinación y firmes convicciones a pesar de los pesares. Un mundo que sin duda sería mejor si tú siguieras en él.
Dejas en nosotros una lección de vida y de defensa de la libertad y, sobre todo, una huella imborrable. Como dije antes, conocerte ha sido un gran regalo así que te doy las gracias.
Buen viaje Rafa.
Mercedes R.
Ese punto final que es el límite terrenal se transforma en puntos seguidos debido al recuerdo.
Nos dejas un mundo más triste. Unos viernes menos viernes. Una libertad más callada. Unas Marías menos Marías. Unos escenarios (vitales y teatrales) más vacíos.
Cae el telón pero ahí seguirás; en cada escenario que pisemos. No porque estés en las tablas, sino porque resides en cada uno de nosotros.
Ponnos aquello bonito, Rafa, como siempre has hecho.
Aitor H.
Infinitas gracias por tu cariño y tu amistad. Descansa en paz Rafa.
Raquel
Rafa, recuerdo cuando empecé a dar clase en otros institutos. Al llegar, siempre preguntaba: ¿dónde está el Rafa de este insti? La respuesta siempre era: ¿de quién hablas?. Yo pensaba que había Rafas por todos los institutos de Móstoles y me di cuenta de que no, que nosotros en el Clara tuvimos la suerte de tenerte a ti.
También recuerdo cuando se rompía algo en clase y te llamaban para venir. De repente, tu llegada era un ratito que nos entretenía viéndote arreglar cualquier cosa y contándonos cualquier historia. Para el profe que estaba en clase, evidentemente, este parón no era tan emocionante como para nosotros ya que le quitabas el foco de atención, como buen actor, y los minutos que dejaba de dar clase para que fueras tu el instructor.
También recuerdo verte cómo te ayudaban los castigados. Para ellos, seguro que no lo sabían pero estaban haciendo una labor más productiva que estar en una silla sentados una séptima hora. En estos días, me he acordado mucho de ellos: probablemente, tú les hiciste mejores y su motivación, para ir un día más al instituto, era verte y estar contigo.
Gracias Rafa por cruzarte en nuestras vidas. No sé si a esos castigados, pero a mi, y estoy segura que a más gente, nos hiciste un poquito mejores.
Gracias por compartir todo con nosotros.
Rocío M.
Hoy es un día triste para la gran familia teatral de nuestra Ciudad. Nos ha dejado una persona buena, un gran trabajador, una de esas personas invisibles que, gracias a su trabajo, nos ha permitido subirnos al escenario. Sin su labor, no hubieran existido escenografías que hicieran más grandes nuestros espectáculos; no habríamos podido convertir los patios escolares en lugares de ensayo, y, sobre todo, de encuentro; y, en definitiva, no seríamos quienes somos hoy. Porque muchxs de los que forman, han formado y formarán parte de nuestra compañía, son lo que son, gracias a que un día tuvieron la oportunidad de cruzarse con él en su vida, con esa forma tan particular que tenía de no dejar a ningún adolescente atrás, creyendo firmemente que esta sociedad tiene un hueco para cada uno de nosotrxs. Y es que Rafa era más que un hombre todoterreno… era el verdadero MacGyver. Un héroe que lo mismo te creaba un decorado de dos plantas, te organizaba una paella, te cantaba y bailaba en un musical o se plantaba su camiseta verde para defender lo que creía justo. Porque, ante todo, se nos ha ido una persona íntegra. Una persona honesta. Un vallecano de pro. Un vallecano que llenó el Paco Rabal para una despedida teatral y, por ironías de la vida, esa platea llena y en pie, no sabía que, en realidad, se estaba despidiendo de uno de sus vecinos más buenos. Los viernes ya no serán más viernes, Rafa. Y, por aquí abajo, muchxs te echaremos de menos. Muchísimo. No podemos olvidarnos de su familia y, por supuesto, de su familia artística, esa que compartía viernes (y los días que hiciesen falta), así como a toda la comunidad educativa del #IESClaraCampoamor. ¡Gracias Rafa por dejarnos compartir un ratito del camino a tu lado porque los afortunados, aunque no lo supiéramos, éramos nosotros!
Melpómene
Siempre que hemos tenido algún compañero que ha llegado a Melpómene Teatro desde el #TeatroDeLosViernes del #Clara, todos hacían la misma pregunta: “¿Quién es el “Rafa” de esta compañía?”. Mi cara siempre era de asombro y de incredulidad. No entendí nada hasta el día que le conocí. No me extraña que todos hicieran esa pregunta porque Rafa era como la piedra angular de cualquier proyecto. La persona a la que sabes que puedes acudir para que te prepare un decorado o te consiga una gira por teatros de media España. Así era Rafa. Una persona llena de bondad y a la que te apetecía invitarle a un café para charlar. La última vez que hablamos, no hace mucho, me dijo: “Creo que en Octubre estaré de vuelta y podemos ver unas cosas de los decorados”. Pero Octubre le ha pillado a él. Le ha pillado rozando la jubilación pero con la vitalidad y fuerza de un universitario. Allá donde estés, seguro que estás organizando y haciendo la vida más fácil a los que te rodean. Y algún día, cuando nos vayamos volviendo a encontrar, podremos decirte, de nuevo, eso de “Rafa, ponme esto bonito. Cómo tú sabes. Vamos a hacerlo por los viejos tiempos”
Alejandro C.
La sonrisa sin parar de trabajar,
la confianza depositada en los jóvenes,
el compromiso…
La cercanía yendo de un sitio a otro,
la discreción conversando con unos y con otros
las ganas y la fuerza en la adversidad.
Todo eso eres, amigo, y mucho más.
Gracias por tanto…
Aunque se pierda en la inmensidad,
me gustaría mandarte un abrazo.
Raúl G.
No sé por dónde empezar, Rafa.
Estás en mis recuerdos más antiguos del Clara. Hemos compartido multitud de tareas y proyectos.
He aprendido de tu forma de enfrentarte a los problemas, de tu implicación en reivindicaciones sociales, de profes, sanitarios, y de cualquier colectivo desfavorecido.
Has sido nuestra conciencia social a veces, otras una charla sobre la actualidad o un libro para compartir.
Y muchos pinchos de tortilla en nuestros recreos del Sacris.
Hemos sido testigos de tu entereza ante la enfermedad que te ha llevado.
Y ahora que no estás siento tu presencia en tu cuarto de mantenimiento, mientras doy clase en el taller de al lado.
Y me parece que la vida, aún no siendo injusta, podía haber sido más generosa contigo.
Un abrazo amigo.
Javier S.
Negro, blanco, verde, rojo y morado.
Negro desde la distancia, siempre en movimiento.
Blanco tu pelo, franca tu blanca sonrisa.
Verde esa marea en la que cabalgabas y a la que invitababas a todos a subir.
Rojo por dentro, tus acciones y actitud eran un ejemplo.
Morado el corazón, tu vida testimonio.
Gracias por haber tenido el privilegio de tu compañía y de tu conversación.
J. G.
Querido Rafa:
Aquí estoy como pollo sin cabeza sin tu valiosa ayuda para llevar las tareas del insti. No sé ni dónde, ni cómo ni a quién acudir cuando hay un problema del día a día, porque tú siempre estabas al quite evitando que me dispersara de mis tareas más burocráticas. Te echo de menos…
Aunque realmente por lo que te echo de menos es por tu sabia presencia en el transcurso de la vida. ¿Cuánto hace que nos conocemos? ¿Treinta años? Media vida viéndote actuar: “por sus obras los conoceréis” y a ti te conocíamos por tus obras…”Rafa, ¿puedes hacerte cargo de estos alumnos?, ¿puedes arreglarme esto?, ¿puedes conseguirme esto otro?, ¿puedes poner bonito el instituto que van a venir los padres o vamos a hacer la graduación? Y tú, Rafa, poniéndonos bonito el centro, arreglándonos la vida con tu sabio hacer de todo. Eras polifacético, culto, integrador, maravilloso, buen amigo, defensor de múltiples causas, entre ellas la Sanidad y la Educación pública.
¿Quién va a sustituirte? Nadie, seres de luz como tú solo existen una vez en la vida y yo he tenido el privilegio de tenerte al lado como colaborador, pero sobre todo como amigo.
Siempre has sido un entusiasta de la vida, y eso que te ha dado buenos palos. Sin ir más lejos, este último. Siempre me dijiste que te jubilarías conmigo y te has ido y me has dejado huérfana de esas lecciones de vida que tú nos ibas dando.
¡Hasta la vista, Rafa! ¡Besos al cielo!
Corina G.
Carta a un amigo:
Querido Rafa,
¡Qué contarte que no sepas! ¡qué contarte ahora que te has ido!
Escribir no es lo mío, ya lo sabes. Nunca podré emular esas cartas que me escribías a modo de felicitación navideña, con esa letra preciosa y esos dibujos maravillosos. Cartas en las que nos demostrabas a mi familia y a mí lo mucho que nos apreciabas.Tienes un don de gentes que te permite calarnos a todos de un vistazo. Sabes qué decirnos para hacernos sentir bien, seguros, con confianza en nosotros mismos aún en los momentos difíciles. Son tantos los momentos que agradecerte. Cuando cuidaste a mis hijos siendo niños mientras hacíamos horarios, volvían entusiasmados porque les habías permitido coger una herramienta o una manguera y te habían ayudado un poquito, ¡qué importantes se sentían! Ya siendo mayores, te han ayudado de verdad en tu trabajo en la “beca de verano” como tú la llamas. Les has enseñado integridad y honestidad. O los momentos en que te enfrascas en hablar de política con Ramón y arregláis el mundo en vuestra lucha constante por mejorarlo. Aquellos ratos en el teatro, ensayando y haciendo los decorados. O los ratos planificando las futuras mejoras del instituto o haciendo paellas o ayudando a los alumnos más disruptivos a sentirse queridos y útiles o... son tantos momentos en estos 20 años.
Nunca seré capaz de expresarte lo importante que eres y la huella que dejas en nuestras vidas. Solo lamento no haber sabido despedirme de ti.
Hasta siempre.
Nuria L.
Por último, nuestro compañero y antiguo profesor del centro, Pedro Saéz, ha escrito un precioso texto sobre Rafa con el que se cierra este recuerdo emocionado de Rafal:
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