Detección / Cuestionarios
La identificación temprana de los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) resulta de extraordinaria importancia, habida cuenta de que una intervención temprana específica, que despliegue los apoyos adecuados (educativos, familiares, individuales y sociales), repercute ampliamente en la calidad de vida de los niños y en la capacidad de afrontamiento de sus familias.
A pesar de ser muy deseable y necesaria la detección temprana, en la práctica resulta sumamente difícil. Por tanto una función del Equipo Especifico es contribuir a la puesta en marcha del proceso a seguir para garantizar una detección lo más temprana y amplia de estos trastornos. Tal proceso implica 3 niveles:
- NIVEL 1 Vigilancia del desarrollo
- NIVEL 2 Detección específica
- NIVEL 3 Evaluación
NIVEL 1 | Vigilancia del desarrollo
Los niños y niñas con TEA nacen sin indicadores o marcadores visibles (p.e., físicos, biológicos, etc.) que hagan evidentes desde el principio la existencia de tal trastorno. Es, en torno a los 18 meses, cuando comenzamos a observar, unas veces con más claridad y otras de manera más difusa, cómo el desarrollo de estos niños y niñas no siguen los patrones normales.
El autismo se contempla como un problema de desarrollo a tener en cuenta en las escuelas infantiles. Esto implica un alto nivel de vigilancia por los educadores y profesores, en los campos de desarrollo social, juego, lenguaje y comportamiento. Y además, el conocimiento de lo que supone un desarrollo normal y de unos signos de alerta o señales de alarma cuya presencia, en cualquier edad o a partir de edades concretas, indican la posibilidad de alteraciones.
Además de desarrollar habilidades de vigilancia, los educadores tienen que intercambiar información con los padres (con frecuencia es la familia la primera en sospechar que hay un problema en el desarrollo) y discutir regularmente el desarrollo de los niños con el profesional de la orientación (al menos entre los 16-36 meses y entre 4-5 años) como parte del procedimiento de monitorización y seguimiento del desarrollo de los niños.
NIVEL 2 | Detección
Cuando hay una razonable sospecha de que el niño no sigue un desarrollo normal y se comprueba la presencia de señales de alarma, hay que pasar al nivel 2: la detección específica.
El objetivo de la detección es la identificación temprana de niños y niñas con riesgo de padecer TEA. Es un proceso sencillo y efectivo porque disponemos de instrumentos de detección, creados como pruebas de cribaje en el ámbito escolar o clínico. Normalmente son cuestionarios que respondidos por educadores y/o padres permiten determinar en poco tiempo la posible presencia de un trastorno de TEA.
La detección específica del alumnado con TEA, en el contexto escolar, corresponde a los Equipos de Atención Temprana o Generales, que recogen las sospechas de los educadores/tutores o de las familias. Los orientadores deben hacer uso de un instrumento de detección cuando sospechen que un alumno pueda tener un TEA o se le traslade.
Existen diferentes instrumentos utilizados para la detección de los TEA que especificamos a continuación. El profesional de la orientación podrá elegir aquel que se adecue mejor a las características del niño o niña y cumplimentarlo con la información del tutor y de la familias, y la observación directa en el contexto escolar.
El instrumento de detección no es un cuestionario para establecer de manera definitiva un diagnóstico, sino que es el medio que permite confirmar la sospecha de la posible existencia de un TEA y por tanto, remitir a una evaluación más detallada. A partir de los resultados obtenidos -la presencia o ausencia de determinadas conductas- se toma la decisión de realizar el seguimiento del desarrollo de un niño o niña y, en su caso, de hacer una evaluación psicopedagógica.
La función del Equipo Específico, en el nivel de Vigilancia y de Detección, es colaborar con la red de orientación para contribuir al diseño e implantación, en el contexto educativo, de las estrategias, los instrumentos y la formación adecuada para poder realizar la detección de los TEA.
Hay guías y cuestionarios sencillos de detección de un trastorno del desarrollo que proporcionan información ante la sospecha de un problema del desarrollo social y comunicativo.