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DETECCIÓN Y EVALUACIÓN

Es fundamental detectar a tiempo los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) ya que una intervención temprana con el apoyo necesario (educativo, familiar, individual y social) puede tener un gran impacto en la calidad de vida de los niños y en la capacidad de sus familias para hacer frente a la situación.

En nuestro campo, comprendemos la importancia de detectar a tiempo los trastornos, aunque sabemos que en la práctica puede resultar complicado. Por esta razón, el Equipo Específico se encarga de guiar y apoyar en el proceso para asegurar una detección temprana y exhaustiva. Este proceso consta de tres niveles que son fundamentales para lograr este objetivo:

Los niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) son únicos desde su nacimiento, ya que no presentan signos físicos que indiquen este trastorno. A partir de los 18 meses, es posible notar que su desarrollo no sigue los patrones habituales de manera clara o sutil. El autismo es un trastorno del desarrollo relevante en las escuelas infantiles, por lo que educadores y profesores deben estar alerta a posibles signos de alerta en aspectos como el desarrollo social, el juego, el lenguaje y el comportamiento. Es fundamental mantener una comunicación constante con los padres y los profesionales de la orientación para el seguimiento y evaluación del desarrollo de los niños.


Cuando un niño muestra señales de alerta en su desarrollo, es crucial pasar a la etapa de detección específica para identificar posibles trastornos del espectro autista (TEA) a tiempo. En este proceso, se utilizan pruebas de cribado en entornos escolares o clínicos, como cuestionarios completados por educadores y/o padres, para determinar rápidamente la presencia de un posible TEA.

En el ámbito escolar, los Equipos de Atención Temprana o Generales son clave en la detección de los TEA, recibiendo y evaluando las sospechas de educadores/tutores o familias. Los profesionales de la orientación utilizan diferentes instrumentos de detección, eligiendo el más apropiado para cada caso y complementando la información con observaciones en el entorno escolar.

Es importante destacar que las pruebas de detección no son diagnósticos definitivos, sino que confirman la sospecha de un posible TEA y permiten derivar a una evaluación más detallada. Con base en los resultados, se decide si es necesario un seguimiento cercano o una evaluación psicopedagógica.

Los Equipos Específicos en Vigilancia y Detección colaboran estrechamente con la red de orientación para implementar estrategias, herramientas y capacitación en el entorno educativo, facilitando la detección temprana de los TEA y garantizando una intervención oportuna para el desarrollo del niño o niña implicado.

Cuando se sospecha que alguien puede tener Trastorno del Espectro Autista (TEA), es crucial actuar rápidamente para realizar una evaluación detallada. En este proceso, el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP) y/o Departamento de Orientación (DO) desempeña un papel fundamental al colaborar con el Equipo Específico de Alteraciones Graves del Desarrollo.

Durante esta etapa, el equipo de orientación puede solicitar la intervención del Equipo Específico para evaluar las necesidades educativas especiales, los apoyos requeridos y la respuesta educativa más adecuada para cada caso.

La evaluación psicopedagógica se lleva a cabo en el entorno natural del alumno, generalmente en el centro educativo, para observar su comportamiento en situaciones reales. Además, se administran pruebas para evaluar sus capacidades cognitivas, comunicativas y sociales.

Es esencial involucrar tanto al equipo educativo como a la familia en este proceso, ya que su participación es crucial. Las conclusiones se documentan en un Informe de Evaluación Psicopedagógica que ofrece información detallada sobre el alumno y propuestas de apoyo personalizadas.

La retroalimentación de este informe a la familia y profesionales implica establecer objetivos comunes y coordinar estrategias para abordar las necesidades del alumno de manera efectiva. La colaboración entre la familia y la escuela resulta fundamental para garantizar la efectividad de la intervención educativa.

En este sentido algunos de los instrumentos que podemos usar dentro de este nivel son:

ADI -R
Rutter, Le Couteur y Lord (2003)


ADOS-2  

Lord, Rutter, DiLavore, Risi, Gotham, Bishop, Luyster y Guthrie (2012
)

CARS
Schopler, Reichler y Rochen Renner (1988)


CAST
Baron-Cohen, Bolton y Brayne (2020)

CSBS-DP
Wetherby y Prizant (2002)

SCQ
Rutter, Bailey, Berument, Lord y Pickles (2005)

Inventario IDEA
Riviere (2013)