
Tras las risas de Zepita repusimos energías con un desayuno ¿nutritivo? (bueno, más bien fiestero) para ayudarnos a lo que venía a continuación. Era el momento de despedirnos de Verbena.
Este es un momento muy emotivo y especial para todos y todas. Y este curso, además, con una significatividad que nadie quería reconocer pero que estaba latente en nuestros corazones.
El escenario estaba preparado, las familias entraban muy emocionadas y allí les esperaba Teresa, serena pero con las emociones "a flor de piel". Tras unas emocionantes palabras (lo bien que habla nuestra Tere, verdad?) suena la música y aparecen nuestros verbeneros: piratas, tigres, dragones y brujas que juntos inundan el escenario de Verbena.
Es el momento de los discursos: de los niños y niñas, de las profes, de las familias; de los regalos (madre mía ¿cómo es posible que se viera y oyera tan mal el vídeo?) y de los agradecimientos y abrazos.
Fué un día muy duro, es cierto. Pero también emocionante, conmovedor, apasionante, sentimental.... GRACIAS POR COMPARTIRLO CON NOSOTRAS.






