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Quiénes somos Quiénes somos

Esta Escuela comenzó su andadura en el año 1966, siendo una de las primeras escuelas de la Comunidad de Madrid. Desde 1985 pertenece a la Red Pública de Escuelas Infantiles de la Comunidad de Madrid.

Desde siempre el principal compromiso de la Escuela ha sido el de ofrecer una educación de calidad a los niños y sus familias.

VALORES

A través de nuestra acción educativa pretendemos transmitir los siguientes valores y crear las condiciones necesarias para que todos los niños puedan desarrollar al máximo todas sus capacidades, compensando las desigualdades sin discriminación de ningún tipo:

IGUALDAD: Respetar y aceptar las diferencias que existan por razones de sexo, etnia, religión, condición socioeconómica, diversidad física o intelectual, dando a todos las mismas oportunidades. Compensar las desigualdades de origen cultural, social y económico.

SOLIDARIDAD: Aprender a sensibilizarse ante situaciones o personas desfavorecidas, detectar sus necesidades y prestar ayuda a los demás en la medida de las posibilidades de cada uno.

COOPERACIÓN: El trabajo en equipo es más satisfactorio ya que permite conseguir unos logros que revierten en el bien común. “Entre todos es más fácil y divertido", favoreciendo al mismo tiempo el intercambio de costumbres, dándolas a conocer a toda la Comunidad Educativa.

TOLERANCIA: Comprender y respetar los distintos ritmos y necesidades de cada uno, en su momento evolutivo, en su forma de pensar, de hacer..., aceptando las diferencias.

INTERCULTURALIDAD: Valorar positivamente la existencia de diferentes etnias considerando la diversidad como un medio de enriquecimiento social y personal. Entendemos la educación como un proceso sociocultural que contribuye a formar personas libres y autónomas, capaces de generar pensamiento crítico y que sean participantes activos de la sociedad. Reconocemos la diversidad humana como normalidad y promovemos prácticas educativas dirigidas a todos

AUTONOMÍA: Potenciar día a día y en cada momento que los niños actúen por sí mismos, fomentando su iniciativa.

CREATIVIDAD: Estimular a los diferentes sectores de la Comunidad Educativa para dar soluciones alternativas a problemas y/o situaciones cotidianas, favoreciendo la libre expresión y la cooperación. Fomentar la capacidad de crear y dar vida a algo nuevo.

AUTOESTIMA: Tener confianza en uno mismo, valorando las posibilidades individuales, aprendiendo a reconocer y aceptar las limitaciones, superándose a sí mismo. Transmitir esta confianza al grupo y fomentar el sentido de grupo.

FORMACIÓN DEMOCRÁTICA: Fomentar la participación activa de la Comunidad Educativa y de los niños en la sociedad, desarrollando el sentido crítico ante las informaciones, situaciones, etc. que reciben de su entorno. Desarrollar la corresponsabilidad de la sociedad para beneficiarse tanto de los resultados como del proceso.

RESPETO AL MEDIO AMBIENTE: Favorecer en los niños actitudes de cuidado y conservación del medio que nos rodea. Fomentar el reciclaje. Conocer el medio local para transformar y entender los procesos globales.

SENTIDO POSITIVO: Favorecer una visión positiva de la vida, de las relaciones y de los aprendizajes.

COEDUCACIÓN: Que no se establezcan roles diferenciados niños-niñas, facilitando la igualdad de oportunidades a todos. Eliminar estereotipos o ideas preconcebidas acerca de las características que cada uno debe tener, partiendo de los principios de igualdad de género y no discriminación por razón de sexo.

OBJETIVOS

  • Desarrollar y asentar las bases del desarrollo. Tener en cuenta las diferencias individuales de cada niño, facilitando su adaptación a los distintos aprendizajes cognitivos, afectivos y psicomotrices.

  • Facilitar la integración del niño con sus iguales y con otros adultos que no formen parte de su grupo familiar, para que sea capaz de participar en diferentes ambientes. Garantizar los principios de equidad e inclusión.

  • Favorecer un ambiente cálido y estimulante que facilite al niño la manifestación de todos sus sentimientos, emociones,... Un ambiente de afecto y confianza para potenciar su autoestima e integración social, así como el establecimiento de un apego seguro.

  • Aprovechar su actividad y movimiento para encauzar sus aprendizajes, tanto cognitivos como psicomotrices, de forma que incida en su evolución y desarrollo. Teniendo como base experiencias de aprendizaje significativas y emocionalmente positivas.

  • Conectar los nuevos aprendizajes con los que ya posee, de forma que se vayan integrando en su estructura cognitiva.

  •  Atender de forma progresiva el desarrollo afectivo, la gestión emocional, el movimiento y los hábitos de control corporal, las manifestaciones de comunicación y lenguaje, las pautas elementales de convivencia y relación social, así como el descubrimiento del entorno y la educación en valores.

  • Desarrollar todo tipo de actividades en un ambiente lúdico y positivo, basado en la experimentación y el juego.

  • Tener en cuenta la forma global que tiene el niño de percibir la realidad, para partir de ella en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

  •  Permitir que todos los elementos organizativos, curriculares, sean lo más flexibles posibles para favorecer el desarrollo madurativo o evolutivo del niño.

  • Contribuir al desarrollo integral y armónico del alumnado en todas sus dimensiones: física, emocional, sexual, afectiva, social, cognitiva y artística, potenciando la autonomía personal y la creación progresiva de una imagen positiva y equilibrada de sí mismos, así como el desarrollo de la educación en valores cívicos para la convivencia.

  • Desarrollar todos los lenguajes y modos de percepción específicos. Aproximarse a la lectura y la escritura, las habilidades numéricas, las tecnologías de la información y la comunicación, la expresión visual y musical y la lengua extranjera.

PRIORIDADES DE ACTUACIÓN

La etapa de educación infantil es susceptible de recibir diferentes tratamientos, con lo que es necesario establecer unas prioridades de actuación que deben guiar la acción pedagógica en esta etapa, asegurando a su vez la coherencia vertical, ya que son aplicables a todos los niveles, desde los 0 años hasta (en este caso) los 3 años y la coherencia horizontal ya que son tratados por todos los ámbitos de la educación infantil. Estos principios metodológicos son:

INDIVIDUALIZACIÓN.- Los alumnos son diferentes, por lo que la educación no puede ser uniforme. Debemos responder a las características personales de cada niño adaptándonos a sus posibilidades, necesidades e intereses de orden cognitivo, afectivo-social y psicomotriz, favoreciendo así el aprendizaje.

SOCIALIZACIÓN.- Se debe favorecer y potenciar la interacción con sus iguales y con los adultos, aprendiendo con ellos y poniendo sus conocimientos al servicio de ellos, por lo que se promoverán situaciones de aprendizaje en que de forma gradual la acción individual vaya integrándose en grupos de distinto tamaño y proyección.

AFECTIVIDAD, CONFIANZA Y DIÁLOGO.- En esta etapa es imprescindible la creación de un ambiente cálido, acogedor, lúdico y placentero en el que el niño se sienta querido, libre para manifestarse y confiado para poder afrontar los retos que el entorno le plantea, un ambiente que promueva el desarrollo integral del niño (físico-intelectual, afectivo, social y moral) favoreciendo una adecuada construcción de la identidad personal y de su autoestima.

ACTIVIDAD Y MOVIMIENTO.- El alumno debe ser el protagonista en su propio aprendizaje por lo que debemos potenciar la actividad tanto cognitiva como psicomotriz del niño, de manera que habrá que presentarle experiencias que motiven su curiosidad, interés por descubrir, relacionar y construir sus propios conocimientos.

APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO.- Solo los aprendizajes significativos llegan a ser asimilados y en consecuencia se integrarán en la estructura cognitiva del sujeto, por lo que se debe considerar lo que el niño conoce, sus aprendizajes previos, como base para seguir adquiriendo nuevos conocimientos y que resulten gratos y a la vez funcionales.

JUEGO.- El juego debe ser considerado como un recurso especialmente adecuado en esta etapa, utilizándolo para que el niño vaya adquiriendo conocimientos, habilidades, normas y valores, de manera lúdica y entretenida.

GLOBALIZACIÓN.- Los niños perciben la realidad de forma global e indiferenciada por lo que habrá que considerar la realidad de tal manera. Igualmente hay que partir de que el niño es un ser que se desarrolla de forma integral en los aspectos biológicos, psicológicos y sociales. La integración de estas tres perspectivas constituye el punto de partida en el proceso de enseñanza/aprendizaje en la educación infantil, potenciando las distintas dimensiones de la personalidad del niño.

FLEXIBILIDAD.- Mantener por parte de los educadores una actitud personal que facilite una adecuada organización del tiempo, espacio, recursos materiales, agrupamientos, actitudes…, según el ritmo madurativo, intereses y necesidades de los niños, siempre respetando los criterios y principios educativos establecidos en el centro y asegurándonos una total integración de los niños en la vida del centro.

METODOLOGÍA

Durante el primer ciclo, los niños inician la diferenciación progresiva entre uno mismo y los demás, condición necesaria para identificarse progresivamente como personas individuales. En este proceso, los niños ajustan su propio ritmo biológico a las rutinas de la vida familiar y escolar, que permiten al pequeño una primera experiencia de lo que significa la vida en grupo, tanto en sus aspectos de enriquecimiento, como en los que suponen renuncia o espera. Asimismo, la intervención educativa se dirige a estimular al niño para que desde la manifestación de sus necesidades más frecuentes, las identifique y, en determinadas situaciones habituales, pueda emprender las acciones necesarias para satisfacerlas y adquirir una progresiva autonomía en las rutinas y actividades cotidianas.

El concepto de necesidad básica no debe restringirse a las sensaciones relacionadas con el malestar corporal producidas por el hambre, la suciedad, el cansancio. En el niño es igualmente básica la necesidad de afecto, de cariño, de estimulación, de ser tratado como una persona individual que tiene sus propios ritmos, sentimientos y emociones. De este modo, los niños irán adquiriendo los primeros instrumentos necesarios para actuar en su entorno inmediato y sentir que sus necesidades están cubiertas, así como poder expresarlas progresivamente con los medios a su alcance para llegar a ser autónomos en los contextos más conocidos.

Esta progresiva autonomía se actualiza en diversos contextos, entre los que cabe destacar el desplazamiento y la utilización de las dependencias de su casa y del centro, gracias a distintas interacciones, y mediante la exploración de los objetos, animales y plantas que se ponen a su alcance en el transcurso de las diversas actividades de su vida cotidiana.

La intervención pedagógica se sustenta en varias premisas. Por un lado, la individualidad y originalidad de cada niño. Por otro, la consideración de que todas las actividades que con él se realicen son educativas y deber ser coherentes con la estrategia educadora de la familia y con el trabajo coordinado de todos los que componen el equipo del centro. En efecto, durante toda la etapa de educación infantil, pero muy especialmente en el primer ciclo, la función educativa del centro debe estar en estrecha relación con la que ejerce la familia. Ello resulta del todo necesario para asegurar que los esfuerzos de uno y otro se coordinen y constituyan estímulos promotores del desarrollo y aprendizaje de los niños.

Todas las actividades que se desarrollan en el centro de Educación Infantil son educativas y formadoras, y por tanto, objetos de planificación y reflexión en el marco de los proyectos y programaciones curriculares. La organización del centro debe dar respuesta a las necesidades peculiares que presentan los más pequeños; por ello debe cuidarse la relación entre el educador y el niño, las condiciones físicas del espacio y la calidad de los estímulos que se les ofrece, el respeto al ritmo personal de cada niño y la relación con la familia.

Basándonos en todo esto, y analizando los diferentes principios que establece la LOE, podemos establecer una metodología específica centrada en:

    • La inclusión de todos y cada uno de los niños.
    • La creación de un ambiente cálido, acogedor y seguro.
    • La atención individualizada de los niños.
    • Partir de los intereses y necesidades de los niños.
    • Una metodología activa, basada en el juego y la manipulación.
    • Fomentar la socialización.
    • Colaborar y trabajar conjuntamente con las familias (esfuerzo compartido). 

La educación en valores impregnan la programación y las diferentes actividades diarias, cuando:

    • Cuidamos los materiales.
    • Ordenamos el aula.
    • Nos aseamos.
    • Nos respetamos.
    • Nos alimentamos.
    • Compartimos.
    • Utilizamos los espacios y materiales.
    • Aceptamos las normas de convivencia.

 

 DOCUMENTOS (a disposición de toda la Comunidad Educativa):

    • Proyecto Educativo de Centro
    • Programación General Anual
    • Programaciones de Aula  
    • Programaciones de actividades complementarias y de talleres
    • Memoria Anual de Centro