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COMEDOR

¿QUÉ COMEN LOS NIÑOS/AS EN NUESTRA ESCUELA EL PRINCIPITO?

La comida de los niños y niñas es sana, equilibrada y sigue un proceso perfectamente controlado. La frase anterior responde de forma directa y resumida a todas las lógicas dudas que os asaltan a los padres y madres que traéis a vuestros hijos a la escuela.

Estamos seguros de que os interesará conocer todos los detalles y, sobre todo, las personas que se ocupan directamente de algo tan importante como es la alimentación merecen un reconocimiento, ahí va el relato pormenorizado de una jornada cualquiera entre fogones, cacerolas, biberones, platos, cubiertos, y todo lo necesario para atender cada día a muchas boquitas y estómagos que, salvo contadísimas excepciones, comen rápido y bien. ¡Y en silencio!

Las protagonistas principales de esta historia cotidiana son Carmen, Elvira Y Mónica.

COCINA CASERA

Este es uno de los detalles más interesantes: el menú se elabora el mismo día y de forma totalmente casera. Por ejemplo un lunes: hay macarrones con tomate y tortilla de queso. La pasta se hace en una enorme cacerola y las  tortillas, una vez elaboradas, se distribuyen en cada plato, se recubren con plástico transparente y se introducen en una “mesa caliente” especial desde la que van saliendo hacia cada clase.

Esa elaboración en el día abarca también platos tan especiales como las croquetas o postres del estilo de natillas o arroz con leche. De todos es sabido que no saben igual unas croquetas hechas a mano y con cariño que las que se apelotonan en una bolsa de congelados.

A las 10 de la mañana aparece Mónica. Es la hora de preparar la fruta, los yogures y, sobre todo, de ir montando los carros con los que transportarán el menú a cada clase.

MENÚS ESPECIALES

En este proceso tiene especial importancia conocer al detalle a los niños y niñas de cada clase. Es vital tener en cuenta a aquellos que son alérgicos a algún alimento o materia prima para no servirles platos que su organismo no pueda asimilar.

Aunque en este proceso la experiencia diaria te acaba dando seguridad y conoces a cada niño con necesidad de menú especial, Mónica recorre cada mañana todas las clases para preguntar a las educadoras acerca de posibles novedades o incidencias que ella deba conocer antes de ponerse a preparar los carros de la comida.

ORGANIZACIÓN MODÉLICA

Aproximadamente a partir de las 12 de la mañana, cuando los carros empiezan a llegar a cada clase, los niños ya están sentados en sus sillas, con un enorme babero al cuello y esperando hambrientos el primer plato. Con el cubierto pertinente en la mano, es una delicia verles comer. Formales, con gusto y sin una voz más alta que otra. En un sorprendente visto y no visto, devoran los dos platos, el postre… y a dormir la siesta.

La comida individualizada por clase es una de las características específicas de la escuela infantil El Principito. Conlleva un poco más de trabajo, al obligar a los educadores a poner y recoger sus mesas y sillas todos los días, así como a las cocineras a ir clase por clase con los carritos, pero se gana en eficacia alimenticia y auditiva. Se evita el típico barullo que supondría reunir tantos niños juntos.

CONTROL DIETÉTICO Y MÉDICO

El apartado nutricional merece un epígrafe especial porque es el que da la verdadera medida del control que se lleva sobre el proceso de alimentación. Y lo primero que hay que decir al respecto es que los menús se elaboran a partir de unas pautas dadas por la dietista Terica Uriol Ferrández, cuyo certificado profesional como Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y en Farmacia puede verse en la pared derecha de la entrada de la Escuela.

Esas pautas, junto a las que dan los pediatras del Centro de Salud de Algete son las que se siguen en la elaboración de los menús. Y, aparte de las ya mencionadas alergias y enfermedades, la dirección del centro sólo admite excepciones a los platos elegidos si vienen avaladas por prescripción médica.

Existe una persona encargada específicamente de revisar esos menús y, por supuesto, se trata de platos susceptibles de variaciones en función de diferentes circunstancias. Por ejemplo, cuando los responsables notaron que a los niños les costaba comer carne guisada con patatas como tal, optaron por picar la carne y la dificultad desapareció. Otro ejemplo: las verduras son mucho mejor recibidas en las mesas de nuestros pequeños cuando llegan hechas puré que al natural. Y así se hace.

El menú se elabora para todo el año, pero esos detalles antes mencionados hacen que se revise mes a mes antes de ponerlo en práctica.

NI CONGELADOS NI SOBRAS

Hablando de congelados, el cuidado de la dieta de El Principito lleva a no servir comida de este tipo más que una vez al mes. Son excepciones muy concretas porque, como ya he mencionado, incluso las croquetas se elaboran de forma casera y en el día.

Por último, y aunque la verdad es que no suele sobrar mucha comida, nunca se guarda nada de un día para otro.