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Mordiscos y arañazos como formas de expresión

Para vuestros hijo@s la verdadera relación social diaria, con niños y niñas de su edad, ha comenzado con la incorporación a la Escuela Infantil

Acostumbrados a ser el centro de atención en casa, ahora les cuesta compartir los juguetes o la atención de su educadora. Es lógico que sea en éste momento cuando comiencen a manifestar comportamientos más agresivos, pues en su entorno familiar no suele competir con otros niñ@s por juguetes o atenciones y vuestro hij@, como los demás, desean ser “el centro de todo”. Pues es lo que han aprendido desde su nacimiento.

 

Durante el primer año y medio, hay niños y niñas que muerden para aliviar las molestias de la dentición y en ocasiones para manifestar afecto. Desconocen que el hecho de morder tiene consecuencias negativas. Y suelen morder porque estas conductas se aprenden por imitación y observación.

A medida que los niñ@s evolucionan en autonomía, intentan resolver sus conflictos solos. Sin embargo, su lenguaje es limitado y suelen reaccionar de manera impulsiva y violenta.

Esta forma agresiva de relacionarse irá desapareciendo al superar la etapa egocéntrica y al desarrollar más su lenguaje, llegando a manifestar verbalmente sus sentimientos y emociones.

¿Qué podemos hacer los adultos para favorecer la convivencia?

- Ser afectuosos con los niños y niñas y con las personas que conviven a nuestro alrededor. Ellos/as aprenden con nuestro ejemplo.

- Reforzar positivamente las conductas adecuadas (felicitaciones, abrazos, palmas…). Si los niñ@s ven que esto nos agrada volverá a repetirlo.

- Explicarles con un diálogo pausado y razonado que los mordiscos y manotazos hacen daño, mostrando gesto de disgusto y enseñándoles a dar muestras de afecto, como son los besos, abrazos: enseñarles cuáles son los gestos de disculpa y cuáles son las conductas adecuadas.

- Es preferible premiar la conducta que deseamos y para eso la tenemos que enseñar. Si la conducta incorrecta se repite y reincide, le pediremos con tranquilidad y pausa que se retire del juego durante un rato.