La plantilla del centro cuenta con una gran variedad de perfiles y procedencias. Ponemos a modo de ejemplo la plantilla del curso 2015/2016, que cuenta con un total de 84 profesionales. 

Personal dependiente de la Comunidad de Madrid: 33 profesores especialistas en pedagogía terapéutica (3 de ellos media jornada), 24 Técnicos Especialistas III, 6 fisioterapeutas, 6 especialistas en audición y lenguaje, 1 profesor técnico de taller, 2 diplomadas universitarias en enfermería (DUES), 2 orientadoras (1 media jornada), 1 profesora técnico de servicios a la comunidad, 2 profesores de educación física (1 media jornada), 1 profesora de música,1 de religión católica y 1 administrativa.

Personal dependiente del Ayuntamiento de Madrid: 2 conserjes.

Es importante destacar también un número significativo de profesionales que prestan un servicio diario en el colegio que son dependientes de otras empresas: vigilantes de ruta, conductores, vigilantes de comedor, limpiadoras, cocineras, responsable de mantenimiento de exteriores: unas 43 personas (de estos 43 la mayoría no trabaja la jornada completa en el centro). Sumadas a la plantilla son un total de 124 personas con una función directa en el centro.

Esto supone una gran complejidad organizativa, tanto por la cantidad de personal como por la diversidad de perfiles y procedencias laborales. Si hay que dar una pincelada sobre esta plantilla destacar que para muchos el “Joan Miró” es algo más que un lugar de trabajo.

Muchos de los profesionales del centro asocian los momentos de satisfacción profesional a logros de alumnos, logros cuya importancia, a veces, no se valora suficientemente fuera de este entorno, por ser difícilmente evaluables a nivel de resultados.

El “Joan Miró” es un centro participativo. Los fisioterapeutas, las DUES o los Técnicos Especialistas III, dan a su tarea una vertiente educativa incuestionable. Esto aporta una visión multidisciplinar a la hora de trabajar con cada alumno. Es uno de los pilares del centro.

En los más de 30 años que el centro lleva abierto, hemos trabajado para adaptarnos a todos los cambios que se han ido planteando. En un principio el reto fue adaptarse a un alumnado con necesidades especiales muy significativas y darle una respuesta educativa adecuada. Hoy el reto es adaptarnos a un crecimiento importante de alumnado, cada vez más diverso, y en consecuencia de la comunidad educativa, sin perder la calidad y la “calidez” en las actuaciones educativas que brindamos.

La diversidad ha servido de estímulo permanente para que nos encontráramos con la constante necesidad de perfeccionamiento. Esta misma formación, realizada en y para el colegio, ha servido para optimizar recursos personales y materiales. A su vez para elaborar los documentos sistematizadores del centro. La revisión de los mismos y su puesta en marcha han servido para volver a detectar necesidades y buscar nuevas vías de formación para solventarlas.

Todo esto ha supuesto que seamos un centro en permanente evolución, que busca la innovación sin perder la coherencia.