Este proyecto surge hace varios años como una necesidad de reconectar a los niños, principalmente urbanitas, con la procedencia de frutas y verduras, acercándoles de esta manera al medio ambiente en un espacio de aprendizaje vivencial que impulsa el desarrollo de conocimientos, habilidades, valores y competencias para la vida.

Por tanto la prioridad no es producir grandes cantidades de verdura, sino cultivar verduras variadas, sanas y ricas, aprender sobre el entorno en el que vivimos, poner en práctica actitudes y hábitos de cuidado y responsabilidad medioambiental, y decidir sobre nuestra alimentación y salud.

Nuestro huerto es ecológico y no utilizamos ningún producto químico, cultivamos de manera respetuosa con el medio ambiente y las personas, creando un ecosistema variado y estable y haciendo un uso responsable de los recursos.

El proyecto se lleva a cabo con alumnos de infantil con una periodicidad semanal y con colaboraciones de los alumnos hermanados de primaria.

Un proyecto abierto al entorno

Dado que las personas mayores tienen mayor experiencia en este tema, decidimos pedir ayuda a los recursos del entorno y desde el año 2012, como apoyo para el mantenimiento del huerto, contamos con la ayuda del Centro de Mayores: “José Saramago”.

El proyecto se ha visto así enriquecido con este acercamiento intergeneracional tanto para los niños como para nosotros, sin contar lo que supone para los "abuelos", el poder transmitir sus experiencias, saliendo así todos beneficiados.

 

Objetivos 

• Disfrutar de un entorno natural: trabajar, jugar e interactuar.
• Fomentar el contacto directo con la tierra.
• Conocer los productos autóctonos y cultivarlos de acuerdo a la época del año.
• Vivenciar el ciclo vital de las plantas.
• Descubrir interacciones dentro del huerto: plantas aromáticas, mariquitas, lombrices, abejas...
• Aprender a consumir agua de forma responsable y a no malgastarla.
• Impulsar valores como la paciencia, el trabajo en equipo, respeto, conservación, cuidado de la naturaleza, responsabilidad, compromiso.
• Fomentar actitudes cooperativas compartiendo las tareas para la manutención del huerto escolar.
• Valorar la importancia de la naturaleza en nuestra vida.
• Favorecer una alimentación sana y equilibrada.
• Desarrollar capacidades como la observación, el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
• Trabajar de forma transversal contenidos del currículo.

¿Qué hacemos en el huerto?

El proyecto tiene como base el aprender haciendo, que favorece el aprendizaje significativo. Los niños son, por tanto, los grandes protagonistas y dependiendo de la época del año realizarán diferentes tareas: 

• Limpiar y preparar el terreno para plantar.
• Hacer semilleros.
• Sembrar distintas especies en bulbo o semilla.
• Regar cuando sea necesario.
• Observar los cambios que se producen con el paso del tiempo.
• Observar cómo crecen las plantas y cómo nacen los frutos de las flores.
• Limpiar el huerto de hierbajos y basura.
• Hacer bolsitas de hierbas aromáticas.
• Y por supuesto.... ¡Recolectar lo sembrado!

El balance en estos años es muy positivo, los niños tienen gran interés e ilusión y disfrutan mucho de esta experiencia tan motivadora como es el huerto escolar.