Desde hace varios años detectamos que el nivel de ruido en el comedor era muy elevado, decidimos separar las mesas para evitar gritos entre compañeros de mesa, las monitoras de comedor controlaban el volumen de los alumnos..., pero seguía siendo muy elevado el ruido.

Las valoraciones de las familias que participaban en la actividad "Papa/mamá comensal" en lo referente al ruido siempre era excesivo o muy alto.

BUSCANDO SOLUCIONES

Pedimos consejo, buscamos información, visitamos otros centros... y finalmente encontramos una solución que se ajustaba a nuestra necesidad: paneles acústicos en el techo. 

Así que pedimos presupuestos y nos pusimos a ello, vimos que la mejor fecha era las vacaciones de Semana Santa en la que el comedor no funcionaba.

 

El nivel de ruido ha bajado de forma considerable, los alumnos comentan: "Estamos en la zona Vip"; las monitoras de comedor dicen que hace su trabajo más fácil, pueden oír y ser escuchadas. Tanto las familias que vienen a comer como los profesores del centro, consideran que ha mejorado significativamente el nivel de ruido.