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Qué es el TEA? Qué es el TEA?

Trastorno del espectro autista

TEA: TRASTORNO DEL ESPECTRO DEL AUTISMO


El TEA es un trastorno de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en dos áreas principalmente: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.

CAUSA Y ORIGEN:

En la actualidad, no está determinada la causa que explique la aparición del TEA, pero sí la fuerte implicación genética en su origen.


ESPECIFICIDAD.

El TEA tiene características nucleares propias y definitorias que se manifiestan de forma heterogénea a lo largo de todo el ciclo vital. Esta especificidad ha quedado recogida en los sistemas de clasificación internacionales de salud, incluyendo los de salud mental (DSM-5 y CIE-11) que han sustituido el término “Trastorno Generalizado del Desarrollo” por el de “Trastorno del Espectro del Autismo”.


VARIABILIDAD.

No hay dos personas con TEA iguales; dependerá de su propio desarrollo personal y de los apoyos que pueda tener, así como de si presenta o no discapacidad intelectual asociada y también de su nivel de desarrollo del lenguaje.


DISCAPACIDAD INVISIBLE.

El TEA no lleva asociado ningún rasgo físico diferenciador (solo se manifiesta a nivel de las competencias cognitivas de la persona y del comportamiento).


CICLO DE VIDA.

Acompaña a la persona a lo largo de toda su vida, aunque sus manifestaciones y necesidades cambian en función de las distintas etapas del desarrollo y de las experiencias adquiridas.


APOYOS.

Es necesario un abordaje integral orientado a facilitar los apoyos individualizados, especializados y basados en la evidencia más adecuados para mejorar la calidad de vida de cada persona (manteniendo, además, una perspectiva de género).


FAMILIAS.

Impacta no solo en quien lo presenta sino también en su familia, apoyo fundamental para la persona con TEA.
 

¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL TEA?


Las manifestaciones clínicas del TEA varían mucho entre las personas que lo presentan, así como su funcionamiento intelectual y sus habilidades lingüísticas. Sin embargo, todas ellas comparten características fundamentalmente en dos áreas del desarrollo y del funcionamiento personal: la comunicación e interacción social y la flexibilidad de comportamiento y de pensamiento.

COMUNICACIÓN E INTERACCIÓN SOCIAL
Habilidades de comunicación verbal y no verbal
Las dificultades de comunicación que pueden presentar se manifiestan tanto a nivel de comprensión como de expresión.

COMUNICACIÓN VERBAL

Algunas personas con TEA tienen habilidades lingüísticas adecuadas, pero encuentran dificultades para utilizarlas en una comunicación recíproca o en el contexto social en el que son necesarias. Otras no emplean lenguaje verbal y requieren el apoyo de Sistemas Alternativos y/o Aumentativos de Comunicación (SAAC) (sustituyen y apoyan al lenguaje oral, respectivamente).


COMUNICACIÓN NO VERBAL:

 Las personas con TEA pueden experimentar dificultades para emplear o extraer el significado de gestos o expresiones faciales de otras personas, así como de otros elementos relevantes para la interacción (contacto ocular, postura corporal, etc.), lo que puede suponerle alguna situación de malentendido.
Habilidades para la interacción social
Algunas personas con TEA pueden tener dificultades para relacionarse con los demás, comprender el entorno y desenvolverse en determinadas situaciones sociales. Se manifiesta, por ejemplo, en:

Acercamientos sociales inusuales o inadecuados para iniciar o reaccionar ante interacciones con otras personas.
Problemas para adaptar el comportamiento a distintos contextos o situaciones sociales.
Dificultades para comprender las reglas sociales “no escritas”.
Dificultades para entender o expresar las emociones de forma ajustada al contexto o a la situación.


FLEXIBILIDAD DE COMPORTAMIENTO Y DE PENSAMIENTO


Forma de pensar y comportarse
Las personas con TEA pueden tener dificultades para responder de manera flexible a las demandas de los diferentes contextos y ajustar su forma de pensar y de comportarse. Por ello, adaptarse a los cambios o a situaciones imprevistas puede suponerles un gran esfuerzo y generarles malestar, angustia o ansiedad. Puede manifestarse, por ejemplo, en insistencia en que las cosas sucedan siempre de la misma manera; en la disposición de un repertorio limitado de intereses específicos o en patrones de comportamiento rígido y repetitivo (como repetir las palabras o frases una y otra vez, exactamente de la misma forma -ecolalia-).

Estímulos sensoriales.
Algunas personas con TEA presentan alteraciones en el procesamiento de los estímulos sensoriales, que se puede manifestar en malestar intenso ante determinados sonidos, olores, luces, sabores o texturas; interés inusual en aspectos sensoriales del entorno (como insistencia por oler o tocar determinadas cosas); fascinación por luces, objetos brillantes o que giran o indiferencia aparente al dolor o a la temperatura.

CAPACIDADES DE LAS PERSONAS CON TEA


Las características que definen el TEA no se traducen únicamente en dificultades, sino que también se asocian a una serie de capacidades en las personas que forman parte de este colectivo, tales como:

Meticulosidad
Curiosidad por temas muy específicos
Conocimiento especializado sobre temas de su interés
Sinceridad
Honestidad
Respeto y cumplimiento de las reglas establecidas
Atención por los detalles
Buena adaptación y seguimiento de las rutinas
Buenas competencias en tareas mecánicas y repetitivas
Tendencia a ser muy lógicas
Capacidad para escuchar sin prejuicios


Información obtenida de: http://www.autismo.org.es/sobre-los-TEA