Nos encontramos inmersos en una sociedad sujeta al cambio constante. El mundo de la educación no es ajeno y se ha visto obligado a adaptarse a los tiempos actuales. Es así cómo surge la metodología CLIL (Content and Language Integrated Learning) en español traducido como AICOLE (Aprendizaje Integrado de Contenido y Lengua), cuyo principal objetivo es el de permitir/facilitar la enseñanza de las asignaturas curriculares (tales como Ciencias Naturales, Ciencias Sociales o Música entre otras) mediante el uso de una lengua diferente a la materna. De esta forma, no sólo se asimilan los conceptos propios de las asignaturas, sino que también se practica una segunda lengua.

Esta metodología presenta un marco de trabajo distinto del que estamos acostumbrados a ver en clase. La figura del profesor deja de ser la protagonista en el proceso de enseñanza - aprendizaje en pro del alumnado. El papel del profesor sigue siendo de suma importancia ya que ambos agentes actúan conjuntamente para alcanzar los objetivos propuestos. El alumno se hace responsable de su propio proceso de aprendizaje y recibe las herramientas necesarias para “aprender a aprender”.
Así por ejemplo, si se va a explicar el Universo, hay que impartir unos contenidos previos. La lengua 1 (materna) y la lengua 2 (inglés en este caso) no crecen de la misma forma. En esta labor, los vídeos y las imágenes resultan esenciales ya que intentan que sea lo más atrayente posible. Es importante el aspecto lúdico e intentar que los niños sean investigadores.
Con este sistema CLIL, los resultados sí que están probados, ya que desde hace años está implantado en colegios de Canadá, Escocia, Gales y Turquía. Los estudios muestran que la adquisición de una nueva lengua abre la mente, produce procesos mentales más complejos y se crea una maduración neuronal superior a la que se tiene en un colegio ordinario.