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HUERTO ESCOLAR

    Nuestro huerto pertenece a la red de "Huertos Escolares" de la Comunidad de Madrid en una zona específica aneja al Centro en colaboración con la escuela de Educación Infantil "El Belén".

 El proyecto de Huertos y jardines escolares se plantea como un proyecto de centro, con el que se pretende permitir un mayor calado e implicación, con un mayor énfasis por conectar lo ecológico, social y cultural. Todo ello desde aprendizajes con incidencia no sólo en aspectos cognitivos, sino también afectivos y de capacidades para promover cambios y construir alternativas por parte de toda la comunidad educativa. Es decir, los proyectos de centro persiguen que, desde la acción individual y colectiva, podamos orientar las actitudes y comportamientos hacia un uso sostenible de los recursos.

     El alumnado de nuestro Centro atiende el huerto escolar una vez a la semana acompañados por su tutor/a, un voluntario de una de las asociaciones de vecinos del barrio y el grupo-clase colaborando en el cuidado y mantenimiento de cultivo de verduras, hortalizas y flores. Igualmente se pretende hacer extensivo su cuidado a toda la comunidad educativa, haciendo de éste un espacio de colaboración entre el Centro, las familias y el barrio.

 

 Los huertos escolares de la ciudad de Madrid según Nerea Morán, arquitecta y miembro del grupo de Surcos Urbanos, cumplen los siguientes objetivos:

• Colaboran en la sostenibilidad ambiental de entornos urbanos, pues son un modo de inserción de naturaleza en la ciudad: aumentan el número de áreas verdes, recuperando terrenos vacíos, colaboran en el cierre de los ciclos del metabolismo urbano (agua, materia y energía), haciéndolos visibles, con espacios para compostar residuos. Son espacios en los que se pueden recuperar las variedades locales de cultivos, aumentando la biodiversidad.

• También son un instrumento que contribuye al diseño a escala humana de la ciudad, dotando de carácter e identidad local al espacio público, respondiendo a la diversidad social y cultural de sus usuarios, y a la complejidad de condicionantes climáticos, físicos y sociales. Si han sido correctamente diseñados, pueden mejorar la calidad ambiental y convertirse en excelentes lugares de encuentro

• En la dimensión social son espacios de participación, en los que se desarrollan sentimientos de apropiación y responsabilidad. Contribuyen a la educación ambiental y aumentan la seguridad alimentaria. Contribuyen al desarrollo local por sus aportes a la formación y en menor medida a la creación de empresas sociales.

• Así en este contexto los huertos escolares se muestran como una gran oportunidad para la comunidad escolar con múltiples posibilidades educativas: educación ambiental, educación multidisciplinar, contacto con la naturaleza, trabajo cooperativo, desarrollo personal, formación profesional, alimentación saludable, recuperación saberes tradicionales, educación física, terapia ocupacional, ocio y tiempo libre, etc.