Los principios metodológicos que guiarán la práctica educativa en la Educación infantil de nuestro Centro y que sustentarán nuestra acción didáctica, se derivan de los conocimientos actuales sobre cómo son y cómo aprenden los niños de estas edades. Estos principios los tomamos como referentes que nos van a permitir tomar decisiones metodológicas fundamentales para que, en efecto, la intervención pedagógica tenga un sentido inequívocamente educativo.

La atención a la diversidad

Atender a la diversidad supone ofrecer una respuesta adecuada a las diferentes motivaciones, necesidades, intereses y estilo cognitivo de cada niño.

Consideraremos y respetaremos las diferencias personales de niños y niñas y realizaremos programaciones abiertas y flexibles que, al llevarse a la práctica, nos permitan acomodar el proceso de enseñanza a las necesidades y características de cada niño.

La atención a la diversidad se halla en la esencia de la Educación Infantil, que supone el inicio del proceso de crecimiento de niños y niñas. Se ha de guiar por el principio de favorecer y estimular el bienestar y desarrollo de todos los niños y niñas, optimizando las diferencias individuales existentes en el aula.

De esta forma plantearemos actividades que respondan a diferentes intereses y permitan trabajar a distintos niveles dentro del aula, en pequeños grupos.

Se dan también características diferenciales asociadas al género. Por ello ofreceremos oportunidades múltiples y variadas de aprendizaje y desarrollo a niños y niñas, que trasciendan estereotipos.

Evitaremos en todo momento atribuir etiquetas y calificativos a la conducta, comportamiento, rasgos de personalidad de los niños, etc. así como realizar valoraciones en función de capacidades y características personales.

Especial atención recibirán aquellos niños y niñas que presentan necesidades educativas especiales, que trataremos de identificar y valorar lo más pronto posible.

La aceptación y el respeto a las diferencias individuales es un principio fundamental al que somos especialmente sensibles, por lo que trabajaremos para que esta diversidad repercuta positivamente en sus aprendizajes y en la construcción de su identidad personal y grupal.

El enfoque globalizador

El principio de globalización alude a la conveniencia de aproximar a los niños a lo que han de aprender desde una perspectiva integrada y diversa. Para ello presentaremos los conocimientos relativos a las distintas realidades de manera dinámica e interrelacionada y trataremos de poner en conexión y diálogo los diferentes lenguajes expresivos y comunicativos.

Presentaremos las situaciones u objetos de conocimiento desde distintas perspectivas para contribuir de esa forma a que los niños se acerquen a una interpretación del mundo de manera comprensiva e integrada.

En aplicación de este principio, la diferenciación entre distintas áreas de experiencias que aparece en el currículo no  implicará que la planificación de la enseñanza y la práctica consiguiente traten dichas áreas de manera independiente. Las tecnologías se utilizarán al servicio de aquellas unidades o proyectos en las que hemos organizado el proceso de enseñanza-aprendizaje, para diversificar los aprendizajes, para expresarse y comunicarse utilizando los lenguajes actuales y para la aproximación a la lectura y la escritura, con un sentido funcional y significativo vinculado a la vida cotidiana de nuestro alumnado.

Nuestra propuesta educativa también ofrecerá unidades de programación como talleres, proyectos de trabajo o pequeñas investigaciones, que sean potencialmente significativas. De este modo, se puede conseguir que niños y niñas atribuyan significado, den sentido y relacionen los nuevos aprendizajes con los conocimientos y experiencias anteriores y, en definitiva, que aprendan y desarrollen nuevas capacidades.

Consideramos que el carácter globalizador de la enseñanza se refiere también al tratamiento de los diferentes tipos de contenidos: conceptuales, procedimentales y actitudinales, si bien otorgamos a los procedimientos un peso especial ya que actúan como vehículo de adquisición del resto de contenidos.

La secuencia que trataremos de seguir será la de enseñar un concepto a partir de un procedimiento que se pone en práctica y con el que se persigue que los niños además desarrollen actitudes. Creemos que este enfoque es coherente con el desarrollo de las competencias básicas, ya que estas suponen también un carácter integrador de los aprendizajes.

El aprendizaje significativo

Aprender de forma significativa requiere establecer numerosas relaciones entre lo que ya se conoce y lo que se ha de aprender, y tiene como consecuencia la integración de los conocimientos, lo que permitirá aplicar lo aprendido en una situación a otras situaciones y contextos. Otro  de los requisitos para aprender significativamente es que el niño tenga una disposición positiva hacia el aprendizaje, esté motivado para aprender, es decir, que los aprendizajes tengan sentido para los niños y niñas, conecten con sus intereses y respondan a sus necesidades.

Mantendremos una actitud observadora y de escucha activa que nos permita detectar las competencias evolutivas, los intereses y las necesidades que muestran, para ajustar la intervención educativa.

Para facilitar la conexión entre lo nuevo y lo aprendido, exploraremos y consideraremos las ideas previas y su evolución, tanto las individuales como las generalizables.

El juego será otra herramienta para la intervención educativa, ya que aproxima a niños y niñas al conocimiento del medio que les rodea, al pensamiento y a las emociones propias y de los demás.

Asimismo, la observación y la experimentación son fundamentales para el desarrollo y el aprendizaje en esta etapa educativa. Planificaremos actividades para que las acciones que el niño repite de forma espontánea, le lleven a descubrir los efectos de esas acciones y a anticipar alguna de ellas. Les daremos en todo momento oportunidades para que realicen actividades de forma autónoma, tomen la iniciativa, planifiquen y secuencien poco a poco la propia acción, y para ello trataremos de crear un ambiente de seguridad física y afectiva, favorable para la exploración, la cooperación y la toma de iniciativas.

La configuración de un ambiente que ayude a crecer a los niños, que les permita desarrollarse y estimule las ganas de aprender está, en buena medida, condicionada por el consenso al que llegamos en relación con elementos tan importantes como el papel de las maestras, la organización de los espacios y del tiempo, la selección de recursos y materiales, las propuestas de actividades que se plantean, el modo en que se agrupa a los niños o las normas que se establecen para regular la convivencia escolar.

La organización de los espacios y el tiempo

Todos los espacios de la escuela se diseñarán y distribuirán con intencionalidad educativa, de manera estable y variada, de modo que su uso permita atender satisfactoriamente las necesidades de movimiento, afecto, juego, exploración, comunicación o descanso de niños y niñas.

Se dispondrán áreas diferenciadas de actividad dentro y fuera del aula:

n  Espacio para la asamblea y las actividades de gran grupo. En él se instalará, preferentemente, la pizarra digital interactiva del aula, de forma que se facilite su utilización por parte de los alumnos y alumnas.

n  Espacio de trabajo individual y pequeño grupo: se dispondrán mesas cuadradas y/o redondas donde se agrupará a niños y niñas en equipos.

n  Rincones de juego y de trabajo, orientados hacia la consecución de aprendizajes diversos relacionados con el juego simbólico, las construcciones, la expresión artística, las tecnologías, las habilidades matemáticas o el lenguaje. Ello estimulará la interacción infantil, facilitará la actividad mental, la planificación y la toma de decisiones de manera autónoma y permitirá atender a la diversidad.

Todas las aulas disponen de aseos en su interior, lo que facilitará y fomentará el desarrollo de la autonomía a la vez que permitirá la supervisión de la profesora en todo momento.

El centro cuenta con un aula de psicomotricidad, a la que acudirán todos los grupos al menos una vez por semana.

Especial importancia otorgamos al espacio exterior ya que los juegos y actividades realizadas al aire libre tendrán intencionalidad formativa, constituyendo una prolongación de lo que sucede en el aula. Contamos con un patio específico de educación infantil. En él hay varias zonas diferenciadas: a un lado, el arenero, con tobogán y otros juegos que propiciarán el desarrollo de la  motricidad gruesa también disponemos de una zona  techada y unas rampas con suelo blando a la salida de las clases y al otro lado otro pequeño parque infantil.

En todas las aulas de infantil podemos encontrar una tutoría.

También se usarán otros espacios del centro para actividades de todo el ciclo, de gran grupo y/o de pequeño grupo: biblioteca, gimnasio, pistas polideportivas, hall, sala de audiovisuales, etc.

Por su parte, la organización del tiempo va más allá de la distribución temporal de las actividades o de la confección de horarios. Se respetarán los ritmos y necesidades infantiles, acomodando la secuencia temporal y la duración de los distintos momentos o actividades al modo de ser y de aprender de niños y niñas.

Con la organización de los tiempos escolares, además del acercamiento intuitivo al tiempo objetivo y común, trataremos de ayudar a los niños para que generen una cierta conciencia del tiempo personal. Los ritmos de actividad en Educación Infantil, además de proporcionar seguridad a nuestros alumnos, les permite diferenciar de forma progresiva los distintos momentos del día y llegar a recordar, prever y anticipar lo que pasará después.

Organizaremos el tiempo a través de rutinas, las cuales les proporcionará seguridad y equilibrio afectivo, les ayudará a estructurar y organizar el concepto de tiempo y estimulará su autonomía. De esta forma a lo largo de la jornada se establecerán diferentes momentos significativos, los cuales respetarán los horarios establecidos para otras especialidades como lengua inglesa, religión o psicomotricidad:

n  Entrada: momento de encuentro, acogida y hábitos básicos de autonomía (colgar el abrigo, ponerse el baby, dejar el desayuno)

n  Asamblea: sentados en corro nos saludamos, asignamos responsable/s del día, realizamos las rutinas de control de asistencia, día de la semana, mes, estación del año, tiempo atmosférico, etc. Se favorecerá la posibilidad de expresar y compartir vivencias personales de nuestros niños y niñas.  Así mismo se presentarán las distintas actividades que se realizarán durante el día y se trabajarán contenidos específicos de la unidad de programación que se esté llevando a cabo.

n  Trabajo individual: se procederá a plasmar en fichas individuales los aprendizajes sobre los contenidos tratados, consolidándolos y permitiendo su evaluación por parte de la profesora.

n  Trabajo y/o juego en rincones: en pequeño grupo se realizarán actividades de juego simbólico, lenguaje (rincón de biblioteca), lógica (rincón de puzzles y otros juegos lógicos), expresión artística (rincón de plástica), iniciación a las nuevas tecnologías (rincón del ordenador), etc.

n  Aseo, desayuno: Se fomentará la adquisición de hábitos y el desarrollo de la autonomía en el aseo personal y la alimentación.

n  Recreo: Se favorecerá el desarrollo de la motricidad gruesa en interacción con otros alumnos del ciclo.

n  Trabajo en gran grupo: donde se realizarán actividades y juegos dramáticos, de ritmo y música, plástica, acercamiento a la literatura, lectoescritura, lógica-matemática, etc.

Los materiales como elementos mediadores

Entendemos los materiales como medios que condicionan la actividad infantil y, consecuentemente, la calidad de los aprendizajes. Por ello seleccionaremos aquellos que favorezcan los aspectos afectivos y relacionales que se desencadenan en situaciones de juego, que despierten la curiosidad de los niños, el deseo de manipularlos, la iniciativa por la exploración y la búsqueda de respuestas sobre su funcionamiento.

Pondremos al alcance de nuestros alumnos y alumnas materiales que permitan el desarrollo sensorial y motórico; la manipulación, interacción, observación y experimentación; el pensamiento lógico; la representación y simulación o la comunicación oral. Tendremos en cuenta otras características como la solidez, que sean atractivos, variados y seguros. Asimismo, favoreceremos la utilización de objetos y recursos manipulables, como el ordenador, la cámara de fotos, la cámara de video, los libros, etc.

El centro de Educación infantil, espacio para la convivencia

El centro de Educación infantil aporta al niño otra fuente de experiencias determinante de su desarrollo: su encuentro con otros niños y niñas. Las interacciones, la colaboración, los pequeños conflictos y reajustes facilitan el progreso intelectual, afectivo y social, por lo que se promoverán las actividades en gran grupo, en pequeño grupo, por parejas, actividades de ciclo y la participación en actividades organizadas para todo el centro.

Los límites y normas se darán en un contexto de afecto para ayudarles a saber cómo han de actuar, a conocer qué se espera de ellos, qué deben hacer y qué no y cuáles son los límites de su conducta. Nuestro objetivo será dar seguridad afectiva en un contexto de comunicación, afecto y respeto para que niños y niñas se formen una opinión positiva de sí mismos y de sus capacidades, ofreciéndole seguridad aunque no logre un resultado óptimo.

La Educación infantil, una tarea compartida

La coordinación entre todos los profesionales que intervienen en Educación infantil es indispensable para asegurar la coherencia y continuidad de la enseñanza y de los aprendizajes. La elaboración, desarrollo y evaluación del proyecto educativo de Educación Infantil es una de las tareas fundamentales del equipo docente. Así mismo, desarrollamos en este documento las pautas que garanticen la  adecuada coordinación del equipo docente

La  interacción familia escuela es otro de los pilares básicos sobre los que asentar una educación infantil de calidad. La labor educativa empieza siempre en la familia. Educadores y maestros han de compartir con ella esa responsabilidad, completando y ampliando las experiencias formativas que niños y niñas han adquirido en el marco familiar. Más adelante se expondrán las actuaciones previstas para la colaboración permanente entre estos dos importantes ámbitos del entorno del niño.