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Poesía Gabriela Mistral

POESÍA

"GABRIELA MISTRAL"

AUTORA: CARMEN SÁNCHEZ (PROFESORA DEL COLEGIO)

Hola a todos, hoy os voy a contar,

la historia de una mujer muy singular.

Si os digo su nombre real, de muy poco os vais a enterar,

pues es Lucila de María la encargada de esta historia protagonizar.

“¿Quién es esa mujer?” Os preguntaréis,

pues no os preocupéis,

porque si os digo otro nombre estoy segura que la identificaréis.

La protagonista de nuestra historia es una mujer famosa,

lista, inteligente y de una creatividad pasmosa.

Maestra y escritora a la vez

una revolucionaria de su época ella fue.

¿De quién se trata? Diréis,

no os preocupéis, en el momento adecuado lo descubriréis.

Mujer nacida en Chile, país de Latinoamérica,

le gustaba mucho escribir, siguiendo la tendencia poética.

Aunque sus obras para adultos estaban dedicadas,

ella mucho a los niños apreciaba,

pues ser maestra era el oficio que más le gustaba.

Mujer maestra y poetisa a la vez,

ella mucho quería aprender,

viajó por Estados Unidos y Europa para de todos los colegios, grandes aprendizajes poder obtener.

Aunque ser maestra le encantaba,

el hecho de escribir poemas le encandilaba,

compaginando su trabajo en los coles, con las historias que ella redactaba.

Tanto se esmeró en sus obras literarias,

que su esfuerzo y sus historias le fueron recompensadas,

pues en 1945, esta nuestra "prota" fue galardonada.

¡Qué alegría tendría esta maestra y escritora!

Ya que fue la primera latinoamericana en recibir dicha mención,

un Premio Nobel se llevó,

porque en el campo de la literatura ella destacó.

¿Ya sabéis de quién hablo? Ahora es tiempo de averiguarlo.

Esta maestra y escritora es esencial,

para todos los niños, padres, personal y profes que en este cole están,

pues Lucila de María es Gabriela Mistral,

una gran maestra y poetisa, que su nombre alguien nos prestó

para este nuestro cole, en el que todos aprendemos un montón.

(Carmen Sánchez)

Biografía Biografía

Biografía Gabriela Mistral

Hija de un maestro de escuela, con dieciséis años decidió dedicarse ella también a la enseñanza; trabajó como profesora de secundaria en su país y como directora de escuela. Como poetisa, Gabriela Mistral se dio a conocer en los Juegos Florales de Chile en 1914 con Los sonetos de la muerte, nacidos del dolor causado por el suicidio de su prometido, el empleado ferroviario Romelio Ureta, a quien había conocido en 1906. Firmados ya con el pseudónimo de Gabriela Mistral (formado a partir de dos autores admirados, el italiano Gabriele D'Annunzio y el poeta provenzal Frédéric Mistral), estos tres sonetos fueron incorporados en 1922 a una colección más amplia de sus versos editada por el Instituto Hispánico de Nueva York bajo el título de Desolación.

Ese mismo año dejó Chile para trasladarse a México, a petición del gobierno de este país, con el fin de que colaborara en la reforma de la educación iniciada por José Vasconcelos. En México, Gabriela Mistral fundó la escuela que lleva su nombre y colaboró en la organización de varias bibliotecas públicas, además de componer poemas para niños (Rondas de niños, 1923) por encargo del ministro de Instrucción Pública mexicano, y preparar textos didácticos como Lecturas para mujeres (1924).

Terminada su estancia en México, viajó a Europa y a Estados Unidos, y en 1926 fue nombrada secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Paralelamente, fue redactora de una revista de Bogotá, El Tiempo (sus artículos fueron recogidos póstumamente en Recados: contando a Chile, en 1957). Representó a Chile en un congreso universitario en Madrid y pronunció en Estados Unidos una serie de conferencias sobre el desarrollo cultural estadounidense (1930).

En 1945 Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura (fue la primera concesión a una escritora en lengua española) y en 1951 el Premio Nacional de Literatura de Chile. Siguió su carrera diplomática y con ella sus numerosos viajes hasta su fallecimiento en Nueva York, en 1957. Por deseo de la propia Mistral, sus restos fueron trasladados a Chile y fue enterrada en Montegrande: dejaba tras de sí algunas obras inéditas, para su publicación póstuma.

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