El uso de Whatsapp en la infancia y adolescencia

Los/as niños/as se ven sumamente atraídos por las nuevas tecnologías y las posibilidades que les facilitan. La instantaneidad de estar conectados con todos les maravillan, pero como padres y madres no sólo debemos estar alertas a ciertos riesgos, debemos ser ejemplo de cómo utilizarlo y tener claras unas normas de uso adecuado.

Las nuevas tecnologías se han expandido a prácticamente todos los sectores de la sociedad. En cuanto al móvil, el uso de Whatsapp en los niños ya es algo totalmente habitual. ¿Has tenido problemas con tus hijos por esta aplicación?. ¿Qué debemos hacer en estos casos? Presentamos algunos consejos útiles.

Según publicaciones recientes, el 76% de los niños españoles de entre 11 y 14 años de edad utilizan Whatsapp para conversar con sus seres cercanos. Esto deja a las claras que las edades en las que los padres regalan móviles a sus hijos cada vez son más bajas. Incluso antes, l@s niñ@s a más temprana edad utilizan los móviles de sus padres.

Consejos para un buen uso de Whatsapp en los niños

1.- Conservar la privacidad

Los niños suelen dejarse llevar por las ansias de contar absolutamente todo lo que les pasa. Tal vez porque les parece divertido o para generar vínculos con otros, pueden llegar a contar cosas que sería mejor guardar.

En esta categoría podemos incluir información familiar, acontecimientos de seres cercanos o incluso chismes sobre algún otro niño. Se les debe enseñar que hay cosas de las que es mejor no hablar. Una vez que se dice algo, ya no hay vuelta atrás y las consecuencias no se pueden controlar.

2.- Concienciar sobre lo importante del respeto a las personas.

Una práctica muy común entre los grupos de Whatsapp del colegio o del instituto es burlarse de un compañero/a por algo. Si bien puede ser divertido al principio, incluso para quien recibe la broma, puede convertirse en un tormento. Cuando duele, ya deja de ser un chiste.

Es importante utilizar un lenguaje respetuoso y no utilizar palabras o juicios que puedan dañar a las personas.

3.- Controlar el acceso a información no apta para su edad.

Quienes utilizamos este servicio de mensajería sabemos que muchas veces circulan cosas inapropiadas incluso para los mayores de edad. Por lo tanto, debemos tener cierto control sobre lo que nuestros hijos reciben en los grupos o en los chats.

Si ves algo que consideres desagradable, pídele a tu hijo que salga del grupo. De seguro no le gustará y argumentará que quedará ‘mal’ frente a sus amigos, pero debe comprender que los medios de comunicación deben ser usados con responsabilidad y que así lo han de transmitir a su grupo de amigos/as.

4.- Asegúrate de que pase tiempo sin el móvil.

La instantaneidad de las charlas hace que sintamos la necesidad de responder ya mismo. Y lo mismo pasa cuando esperamos una contestación. No obstante, esto no tiene por qué ser así.

Hay momentos en los que, de no tratarse de una urgencia, el Whatsapp debe esperar. Cuando estamos con amigos, al estudiar o durante las comidas familiares, es recomendable dejar el móvil de lado.

Por eso, antes de regalar un teléfono a vuestros/as hijos/as, es aconsejable que los padres se pregunten si verdaderamente lo necesitan y si tienen la madurez necesaria como para administrar su uso.

Se debe fomentar el uso responsable de Whatsapp

Más allá de las advertencias aquí realizadas, debemos destacar que se trata de una herramienta muy útil si se utiliza de una manera adecuada. Puede conectar a una familia al instante; también te permitirá estar al tanto de lo que hace tu hijo, sobre todo si sale de viaje o está lejos.

Sin embargo, como toda comodidad, también conlleva la responsabilidad de no abusar de su uso. Con normas comprensivas pero firmes puedes lograr que el uso de Whatsapp en los niños y adolescentes de tu familia no se vuelva un drama.

Finalmente, no olvides dar ejemplo. Si te pasas el día con el móvil, es muy probable que tu hijo adopte esta conducta. En cambio, si promueves desde la acción su uso sensato, será más fácil que puedas impartir estos valores en tus hijos.