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Moluscos y Papilomas. Pautas de higiene y protocolo.

Moluscos Debido a la singularidad de la práctica de actividades en la piscina, consideramos necesario informarles sobre algunas cuestiones relevantes sobre el funcionamiento y cuidado de las instalaciones de piscina y otras de cuidado individual, que minimizarán el riesgo de contagio de los diversos agentes infecciosos que con más facilidad se dan en lugares públicos con humedad continua.

Como saben, las condiciones de humedad y temperatura elevadas como las que se dan en piscinas climatizadas de uso público, con una gran circulación de personas, favorecen el contagio por diversos agentes infecciosos como son moluscos, papilomas y hongos.

En las instalaciones de piscina del Colegio, como es lógico, para limitar la posibilidad de contagio en los vestuarios, servicios y zonas circundantes al vaso de la piscina, se realiza varias veces al día un lavado con productos desinfectantes, y otra limpieza mucho más exhaustiva una vez por semana, con equipos de lavado a presión. Trimestralmente se realiza además una desinfección total de toda la instalación, llevada a cabo por una empresa especializada.

Asimismo, el agua contenida en el vaso de la piscina está permanentemente bajo control, debidamente desinfectada por un sistema de generación de cloro a partir de hidrólisis salina y continuamente sometida a un proceso de filtración. Todos los días, tal como exige la normativa, se miden los niveles de temperatura, pH y cloro, varias veces al día, quedando registrados dichos valores en un libro de registro oficial a disposición de las autoridades sanitarias.

A pesar de todas las precauciones tomadas, es fácil que se dé algún caso de infección, por lo que creemos oportuno facilitarles información al respecto, y trasladarles algunas consideraciones que sirvan para conocer mejor su naturaleza y las medidas adecuadas para prevenirlas y reducir al mínimo el riesgo de contagio.

Las infecciones producidas por moluscos o por papilomas son patologías cutáneas benignas de carácter vírico, frecuentes entre la población infantil. Los síntomas más evidentes son unas pequeñas lesiones en la piel, semejantes a ampollas de un color rosáceo y con una pequeña depresión en su superficie, que suelen aparecer en brazos y axilas o en la parte superior del tronco, en el caso de los moluscos, o unas protuberancias en la planta del pie, de forma aislada o múltiple, en las que a veces aparecen puntos de color marrón o negro, en el caso de los papilomas.

La transmisión de estas infecciones se produce mediante el contagio de una persona infectada a otra sana por contacto directo con la zona afectada o bien por compartir prendas de ropa, toallas u objetos previamente contaminados, o simplemente pisando descalzo donde antes haya pisado una persona infectada. Puede resultar también autocontagiosa, al poder extenderse en la misma persona si se rasca la lesión.

Como ocurre con otras infecciones leves, en algunas personas existe una mayor predisposición al contagio, mientras que en otras, en cambio, no se produce, aun estando en contacto directo con el agente infeccioso.

Las medidas higiénicas preventivas antes citadas, sin embargo, no serían nunca plenamente eficaces si no se siguen una serie de pautas básicas que tanto las familias como el Colegio, en el ejercicio de nuestras respectivas responsabilidades, estamos obligados a cumplir.

Las pautas del referido protocolo de actuación son las siguientes:
- Inculcar a los niños, desde el ámbito familiar y escolar, la necesidad de ser cuidadosos para no intercambiar prendas de ropa, toallas, etc… entre ellos.
- Mantener una extrema higiene con las prendas y utensilios utilizados: bañador, gorro, toallas, escarpines, gafas, etc…, lavándolos y secándolos cuidadosamente en casa siempre después de cada sesión desarrollada en la piscina.
- Revisar periódicamente desde casa posibles lesiones en la piel, para detectar una eventual infección y, en el caso de existir, acudir a su médico sin demora para recibir un diagnóstico.
- En el caso de que, desde el Centro, los profesores o monitores de la piscina observasen alguna lesión de este tipo en algún alumno, se les notificaría personalmente y de forma inmediata a través del tutor, para su conocimiento.
- En el caso de que el facultativo confirmarse una infección, los padres/madres tienen la responsabilidad de comunicarlo inmediatamente al Centro mediante escrito dirigido al tutor.
- A partir de ese momento y con carácter preventivo, el alumno/a no utilizará las instalaciones de la piscina hasta que así lo prescriba su médico. Durante su proceso de recuperación, el Centro habilitará los medios necesarios para que el alumno/a pueda permanecer en las aulas, debidamente custodiado, mientras se desarrolla esa actividad.