El desarrollo moral de los niños
No basta con decirles a los niños lo que está bien y lo que está mal. Deben ellos ir ejercitándose en el cumplimiento de sus convicciones. A los padres compete ayudarles en ese empeño.
Con preocupante regularidad nos llegan noticias e informes acerca de niños que cometen todo tipo de tropelías y estragos en sus escuelas y en la calle. Atacan a los profesores y a los compañeros de clase, asesinan a sus padres y persiguen a otras personas ya sea por perversidad, por avaricia o por despecho. Oímos hablar de feroces bandas de muchachos entregados a las drogas y al juego, de adolescentes que violan, del vandalismo juvenil, de oleadas de engaños y chantajes incluso en colegios de alto nivel académico. Ante semejante avalancha de atrocidades, muchos olvidan que la mayoría de los chicos, durante buena parte del tiempo, cumplen las reglas de su sociedad, actúan como es debido, tratan amablemente a sus amigos, dicen la verdad y respetan a los mayores.