Establecer, mediante alguna forma de diagnóstico, los déficit del centro en materia de implicación de las familias

La actuación efectiva sobre un aspecto de tanta trascendencia para el éxito en la educación escolar del niño como la participación de la familia y el desarrollo del “currículo del hogar” requiere una orientación que se base en evidencias. La investigación nos advierte de la existencia frecuente de disfunciones. Se trata pues de identificarlas en cada centro como paso previo para corregirlas.

Promover desde la dirección del centro y desde la asociación de padres un clima de respeto mutuo y de confianza recíproca que sirva de marco a la implicación de las familias

El grado de implicación de cualquier persona en una comunidad depende, en buena medida, no sólo de los intereses en juego sino también del clima de confianza entre los protagonistas que se sea capaz de crear. Para la generación de este clima, las personas que ejercen una función directiva sea del lado del centro escolar sea del lado de las asociaciones de padres tienen una responsabilidad especial, que han de ejercer con convicción y generosidad recíproca.  

Organizar actividades de formación del profesorado en el centro que doten a todo el profesorado de competencias para orientar las actuaciones de los padres en el “currículo del hogar” y para emplearlas como un complemento de la acción propiamente escolar.

Habida cuenta del impacto del “currículo del hogar” sobre la mejora del rendimiento de los niños y del desarrollo de los valores del esfuerzo y de la excelencia, los centros educativos, a través de la formación de su profesorado, han de estar en condiciones de incidir positivamente, familia a familia, para la aplicación en los hogares de estas prácticas educativas eficaces. Esta formación tendría especial interés para los profesores tutores y podría incluir, entre otros contenidos, las técnicas de entrevista y de elaboración de acuerdos o compromisos educativos.

Organizar la acogida en el centro de las nuevas familias con la participación, si procede, de otros padres

La acogida es  uno de los procesos más importantes que tienen lugar en un centro educativo. Pretende la integración efectiva de los nuevos miembros de la comunidad educativa de modo que se sientan partícipes de la misma y comprometidos con su Proyecto educativo. Es una oportunidad para establecer lazos positivos con todas las familias, pero especialmente con aquellas que tienen mayores dificultades para la incorporación al centro, sea por razones culturales o por malas experiencias previas de relación con los centro. Debe partir de una valoración de las necesidades de los padres (información, orientación, apoyo, recursos, etc.)

Desde la perspectiva de la familia, el proceso ha de facilitar el conocer el centro y el ser reconocida por el propio centro docente. Conviene diferenciar el proceso ordinario y el extraordinario, que se desarrolla ya iniciado el curso escolar. La elaboración de documentación sencilla y adaptada (en varios idiomas si fuera menester) facilita la transmisión de la información.

La participación en la acogida de otras familias puede reforzar los importantes aspectos afectivos. La figura de los padres tutores de los nuevos padres puede resultar de interés. En algunas situaciones, la acogida puede efectuarse en colaboración con otras instituciones, como los Servicios Sociales.

Es preciso evaluar el grado de satisfacción de los nuevos padres, así como recoger sus sugerencias para incorporarlas a la mejora del proceso.

Organizar reuniones sistemáticas que faciliten la incorporación de las familias al proyecto del centro, la participación en su cultura y valores y la implicación en el desarrollo del “currículo del hogar”

Se trata de una acción colectiva que refuerza la acción anterior, que ha de resultar coherente con las actuaciones individuales de los profesores y que se beneficia, no sólo del factor de escala, sino también del estímulo recíproco que este tipo de reuniones, si son bien conducidas, producen entre las familias.