Junto con el liderazgo de la dirección, los procesos de cambio en las escuelas están condicionados por la existencia de un grupo de profesores entusiastas, comprometidos con el cambio, capaces de transmitir a sus compañeros una visión convincente sobre la mejora del centro y dispuestos a realizar esfuerzos generosos con el fin de impulsar o apoyar las acciones de mejora coherentes con esa visión.

La experiencia disponible a este respecto permite sugerir las siguientes recomendaciones:

1. Partir de estructuras organizativas disponibles en el centro educativo. La involucración de los tutores, constituye una opción de interés por su grado de proximidad a los alumnos y su influencia sobre ellos. Por otro lado, la implicación de equipos de mejora, en el caso de que estuvieran constituidos en el centro, será un apoyo eficaz para el desarrollo de esta nueva tarea.
2. Extender progresivamente la implicación a grupos más amplios de profesores, procurando incorporar tanto a los influyentes como a los escépticos.
3. Crear diferentes equipos de profesores capaces de contribuir al desarrollo de la cultura de la excelencia desde ámbitos escolares diferentes: desarrollo del currículo, tutoría, actividades extraescolares, actividades deportivas, etc.