La misión, la visión y los valores son tres elementos fundamentales de significado de cualquier organización humana dotada de finalidad y, por ende, de la escuela. Constituyen una suerte de conocimiento preceptivo que expresa sin ambigüedad aquellos aspectos que otorgan sentido a las acciones de los miembros de la organización y que han de ser compartidos por todos ellos.

La misión de una institución escolar determinada es el propósito central que la anima y que proyecta su singularidad. Su formulación ha de expresar de un modo sintético la descripción de lo que hace, hacia quién dirige sus acciones y lo que constituye su factor diferencial.

La visión es la representación del futuro que se desea lograr para la escuela  mediante el esfuerzo de todos y su participación. Marca una orientación que guía en un mismo sentido al profesorado, a los alumnos, al personal no docente y a la dirección y que facilita, por tanto, la coherencia de los comportamientos y de las conductas.

Los valores son los principios o componentes éticos esenciales en los que se asienta la visión. Su formulación puede aludir tanto a los principios que se practican como aquellos que se desean alcanzar. Deben seleccionarse media docena para evitar la dispersión. En el ámbito educativo es quizás más frecuente hablar de ideario. Como resultado de una observación sistemática, Thomas Lickona^[1] señala que las escuelas públicas de Denver (EEUU) que lograron avanzar en la formación del carácter de sus alumnos lo hicieron con la ayuda de un ideario y cita como ejemplo la siguiente formulación debida a la Salvens School:

“En la Escuela Salvens tomaremos el mejor camino. Cuidaremos de nosotros mismos, de los demás y de nuestra escuela. Mostraremos respeto usando un vocabulario apropiado y acciones adecuadas, escuchando atentamente, mejorándonos a nosotros mismos y asumiendo la responsabilidad de nuestra conducta y nuestro aprendizaje. ¡Así es como nos conduciremos aunque nadie nos vea!” (www.slavens.dpsk12.org).

La misión, la visión y los valores expresan, pues, las aspiraciones de la comunidad educativa, los elementos que mantienen fuertemente unidos a sus componentes, incluso en momentos difíciles. Explicitan un punto de referencia indeleble, una identidad compartida, una aspiración moral común.

En efecto, para que la misión, la visión y los valores gocen de una fuerza suficiente en el seno de la comunidad educativa  han de ser compartidas; de modo que la incorporación al proyecto educativo no puede ser un acto puramente administrativo en una sesión del Consejo Escolar sino la culminación de un proceso de implicación de todos liderado por el equipo directivo. La formulación del ideario de la Slavens School  antes citada fue el resultado de un año entero de participación de todos los sectores de la comunidad educativa.

 

 

 

 

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[1] Lickona, T. (2004).  Character Matters: How to Help Ours Children Develop Good Judgement, Integrity, and Other Essencial Virtues. Simon & Schuster. ( Capítulo 11, apartado 9. Versión en Español descargable en "Para saber más").