Los centros educativos son un tipo de organizaciones en las cuales las relaciones entre personas constituyen un factor más decisivo para el logro de sus objetivos que en cualquier otra clase de entornos, pues la escuela trabaja entre personas, con personas y para personas.

La investigación ha puesto de manifiesto, de un modo altamente consistente, que en las escuelas eficaces las relaciones con las personas se fundamentan en los principios de dignidad del individuo, de lealtad, de corrección ética y de confianza recíproca. Estos principios presiden las relaciones de los directivos con los profesores, de los profesores con los alumnos, de la institución con las familias y de los alumnos entre sí y afectan, en general, a toda la esfera de relación de la institución escolar. Son, en definitiva, entornos de elevado capital social ^[1].

Generar capital social^[2] en el seno de las escuelas constituye una práctica efectiva para hacer positivas las interacciones entre centro y aula y  reforzar sus efectos recíprocos en favor de la excelencia. Aumentar el capital social en los centros educativos es un modo de favorecer la implantación de una cultura que facilita el logro de todos los objetivos educativos que se proponga la institución escolar, incluidos los relativos al desarrollo de los valores del esfuerzo y de la excelencia.

 

 

---

 

 

[1] López Rupérez, F (2001) Preparar el futuro. La educación ante los desafíos de la globalización. La Muralla. Madrid.

[2] CERI-OECD (2001) The Well-being of Nations. The role of human and social capital . OECD. París.