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Visor

Practicar una pedagogía para el dominio

La integración de valores tales como el esfuerzo, la perseverancia o la excelencia en un modelo pedagógico coherente —sobre cuya elevada eficacia se tienen, en el plano internacional, sólidas evidencias [1],[2] está disponible y se conoce como Learning for Mastery (LfM) o aprendizaje para el dominio.

La concepción del aprendizaje como dominio de una materia se apoya en una filosofía de la exigencia y en una concepción de la educación como perfeccionamiento. Ello comporta la existencia de expectativas elevadas del profesor con respecto a los alumnos y se traduce en la definición de altos estándares de dominio de una asignatura o contenido que en ningún caso ha de ser inferior al 85% de aciertos de los ítems que componen la prueba correspondiente.

Las implicaciones de esta concepción del aprendizaje, en lo concerniente al desarrollo de los valores del esfuerzo y de las actitudes propias de la perseverancia para el logro de las metas de la enseñanza, son bastante evidentes. Una enseñanza de calidad, como la del LfM, exige que todos los alumnos consigan un alto nivel de logro en cada prueba para poder pasar a la siguiente unidad de contenido. En el caso de que un alumno no lograra ese nivel de dominio en el primer intento, deberá proseguir, mediante enseñanzas de recuperación o de corrección, hasta que lo consiga.

Con la metodología del LfM, cuya descripción detallada se puede encontrar bajo la pestaña Estrategias y Protocolos de actuación, los alumnos aprenden a perseverar en el esfuerzo y aprenden a internalizar el proceso de revisión; de un modo progresivo, conseguirán no tener que recurrir a él.

Un profesor de la Quest School[3] (Humble, TX, EEUU) —escuela que aplica el LfM—  explicaba a este respecto lo siguiente:

“Nuestro programa en su conjunto concierne a la perseverancia. Al principio, los chicos  no se percatan de que tendrán que rehacer dos o tres veces una tarea hasta que la hagan correctamente. De este modo aprenden a perseverar”

El LfM, como cualquier otra pedagogía, puede ser aplicado de forma errónea o abusiva y generar desmoralización si se pretende que los alumnos alcancen niveles de rendimiento para los cuales no han recibido ni ayuda ni enseñanza. De lo que se trata, en suma, es de hacer bien aquello que habitualmente tanto los profesores como los alumnos tienen que hacer al enseñar y al aprender. Ello genera una elevada tasa de éxito y el desarrollo de virtudes morales y de hábitos intelectuales de extraordinario valor para asegurar éxitos futuros, escolares y personales.


[1] LÓPEZ LÓPEZ, E. (2006). “El Mastery Learning a la luz de la investigación educativa”. Revista de Educación (MEC), mayo-agosto (340), pág. 625-665.

[2] BLOCK, J.H. et al. (1989). Building effective mastery learning schools. Longman. Nueva York

[3] Character Education Partnership. (2008). Performance Values: Why They Matter and What Schools Can Do to Foster their Development (www.character.org)

 

 

 

Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid