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Argos - Revista digital de ciencias

Hechos un lío

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Efectivamente.... Nuestro tomate se había cubierto de moho. Así que en lugar de las grandes células de tomate, rellenas de cromoplastos que esperábamos ver, nos dispusimos a estudiar estos seres vivos, pertenecientes a un Reino aparte, con características propias que merecían la pena convertir en una oportunidad para aprender.

Cromoplastos en células de tomate (Public Domain)

Los mohos son hongos filamentosos que crecen en superficies húmedas, alimentándose de materia en descomposición. Como todos los hongos, son heterótrofos (necesitan nutrirse de moléculas orgánicas ya que no pueden producirlas directamente a partir de materia inorgánica) y sus células están recubiertas de una pared hecha de un polisacárido que, en principio, pudiera pareceros muy extraño: la quitina, pero que no lo es en absoluto, ya que forma las superficies externas (exoesqueleto) de los artrópodos. 

El cuerpo de los hongos se denomina micelio y está formado por filamentos denominados hifas. Algunas de estas hifas se desarrollan estructuras que forman esporas, su mecanismo de reproducción.

En la galería que os mostramos se muestran estas hifas y también esporas y algunas levaduras.