La antigua pirámide de la alimentación

En 1992 el departamento de agricultura de los estados unidos publicó un documento conocido como pirámide de la alimentación. El cual tenía como objetivo transmitir a la población información sobre una correcta alimentación para evitar enfermedades.
Con el tiempo se dieron cuenta de que esta pirámide era errónea, y que promover este tipo de alimentación podía ser más dañino que beneficioso.
Se ha elaborado una nueva pirámide más actualizada con respecto a las nuevas condiciones de salud y dieta.

Grasas 

No todos los tipos de grasas son perjudiciales para los organismos, en los años 60 se realizaron estudios para demostrar que las grasas existentes en aceites y pescados reducen el colesterol. Por eso los consejos de nutrición de aquellos años insistían en la sustitución de grasas saturadas por grasas poliinsaturadas. Lo cual tuvo como resultado una reducción de las enfermedades coronarias.

Hidratos de Carbono

Los carbohidratos influyen en los niveles de glucosa en sangre porque se digieren y se descomponen en partes más pequeñas que son principalmente unidades de glucosa. Los únicos hidratos de carbono que no se convertirán en glucosa serán aquellos que no pueden digerirse, como las fibras. Cuando este proceso es rápido, como en el caso de los azúcares simples, se suele tener hambre pronto y cuando es más lento, como ocurre con los alimentos elaborados con cereales integrales, nos sentimos saciados durante más tiempo. Este tipo de hidratos de carbono complejos aportan energía durante periodos de tiempo más largos

Frutas y Verduras

En la antigua pirámide se incluyen las verduras de 3 a 5 veces y la fruta de 2 a 4, este alto consumo es quizás el aspecto menos discutido de la pirámide. 

La Nueva pirámide de la alimentación

Hasta hace muy poco no existían datos sobre la salud de las personas que han basado su dieta en la antigua pirámide. Seguramente haya sido una dieta muy beneficiosa para la salud aunque se ha demostrado con la nueva pirámide que existen carencias. Gracias a un estudio epidemiológico y del índice de alimentación sana ( HEI) se llegó a la conclusión que una puntuación mas alta en el HEI no implica un estado de salud notablemente mejor. Por consiguiente los efectos perjudiciales del seguimiento de la pirámide contrarrestan los beneficiosos.

La nueva pirámide recomienda que la base de la dieta consista en grasas sanas e hidratos de carbono sanos, sin olvidarse del ejercicio diario y de la limitación del consumo total de calorías. También se deben consumir frutas y verduras en abundancia y aconseja una ingesta moderada de fuentes de proteínas sanas. Los productos lácteos deben limitarse y el consumo de carne roja, mantequilla y cereales refinados deben reducirse al mínimo.

Con esta nueva pirámide se demostró una disminución importante en el riesgo cardiovascular. Aun así todavía es pronto, existen incertidumbres sobre la relación entre dieta y salud.