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Vertebrados del Cenozoico

La Geología del Neógeno

España cuenta con un gran registro fósil, pionero en Europa, gracias a los sedimentos depositados en las cuencas durante el Paleógeno y Neógeno. Esto hace del país un referente paleontológico, debido a los fósiles que nos ayudan a conformar el ecosistema y clima en los que habitaban los vertebrados, además de su evolución. A lo largo de la Orogenia Alpina, mientras se configuraban las cadenas montañosas, se formaban las cuencas sedimentarias. Las principales, Ebro, Duero y Tajo, al principio eran endorreicas (sin salida al mar).

Esto supuso que fuesen un gran depósito de sedimentos ya que, en vez de ser conducidos al mar, los materiales erosionados formados en las montañas se acumulaban en las cuencas. Por ello, las cuencas de la península, permiten reconstruir el Terciario. Dichos depósitos se manifestaban en forma de abanico fluvial si los depósitos se encontraban en la periferia de la cuenca o constituían lagos y pantanos si estaban en el núcleo. 

El Neógeno esta configurado por seis pisos geológicos de los cuales cinco fueron establecidos por materiales sedimentarios encontrados en cuencas. Se encuentran divididos por estratotipos, usados tanto en España como en el norte de África y Asia por su similitud de edad. Para su diferenciación se han usado como referencia microfósiles de mamíferos (lagomorfos, roedores, quirópteros e insectívoros). Son usados debido a su rápida fosilización por su tamaño, porque habitaban en zonas muy específicas y su clara evolución. 

Pisos del Neógeno
Pisos del Neógeno
Blogspot . Pisos del Neógeno (Public Domain)

Rambliense y Aragoniense

El Rambliense se configuró en el Arroyo del Ramblar, próximo a Calamocha y Navarrete del Río, en Teruel. Su parte más antigua (inferior) data de hace unos 20 millones de años, hallamos fósiles de ardillas y lirones (roedores). En la parte superior, 17 millones de años, encontramos los antecesores de los actuales hámsters. Este estratotipo se encuentra caracterizado por la desaparición de los rumiantes sin cuernos. 

El Aragoniense se definió en Villafeliche, Zaragoza y abarca un periodo de 17 a 11 millones de años. Se caracteriza por la representación de la evolución de los roedores, aparecen fósiles de los actuales hámsters, ratas, ratones y topillos. Hacia el final de este estratotipo hallamos los Hipparion, pequeños équidos perisodáctilos (con tres dedos en cada pata). 

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 IGME. Estratotipo del Rambliense en Calamocha (Public Domain)            IGME. Estratotipo del Aragoniense en Villafeliche (Public)

Vallesiense, Alfambriense y Turoliense

El Vallesiense se diferenció en la Cuenca del Vallés-Penedés, en Can Llobateres (Barcelona). Cuenta con una gran colección de vertebrados de 80 tipos de especies diferentes. Su principio esta marcado por el final del Aragoniense con la llegada de los mencionados Hipparion hace unos 11 millones de años. Durante su final, 9 millones de años, desaparecen múltiples mamíferos y vegetación debido al cambio de clima más seco. 

El Turoliense comprende desde hace 8,7 hasta 5,3 millones de años en el área de Teruel. Todos los vestigios indican que el clima era parecido al de una sabana. Al contrario que el Vallesiense, el repertorio de mamíferos fue creciendo, los cuales convivieron exclusivamente en una determinada zona con otras especies procedentes de África y Asia.

El Alfambriense se define en el río Alfambra en Teruel, acapara el intervalo de 5,2 a 5,5 millones de años. Se caracteriza por un ambiente frío y seco con escasa vegetación y periodo de topillos, hámsters y ratas de agua.  

                                               

      IGME. Turoliense, Santa Bárbara (Public Domain)                                   Science Photo Library. Hipparion (Public Domain)  

referencia para delimitar una etapa cronológicamente

murciélagos

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