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Pesca y acuicultura

Capítulo 3: Causas, definición e historia de la acuicultura

Como toda técnica, su desarrollo se debe a una enorme necesidad de hacer un gran bien: servir como alternativa a la pesca tradicional, ya que esta provoca contaminación, sobrepesca, pérdidas de hábitat y extinción de especies. Esto ha sido consecuencia de la falta de control y de la falta empresas pesqueras sostenibles económica, social y ambientalmente. Con la acuicultura, se pretende la conservación, estudio y protección de las especies. Además, se obtienen ventajas como: consumo alimenticio, obtención de materias primas y repoblación de especies. Como ejemplo, vemos en la gráfica que existe un cierto riesgo en la pesca extractiva, no una seguridad alimentaria, caso contrario en la acuicultura. 

La acuicultura es un conjunto de actividades y técnicas para el cultivo de especies acuáticas, vegetales y animales.

Aunque esta técnica de pesca (entendido como el establecimiento de un recinto para la obtención ilimitada de peces) se haya usado desde el neolítico todavía existen algunas zonas en el mundo donde no ha evolucionado, como Madagascar, Nigeria, Costa de Marfil, Ecuador y Sri Lanka.
Existen referencias en la antigua China, Egipto, Babilonia, Grecia y Roma.


El lugar de origen de la acuicultura es China, donde existen referencias de 3800 a.C. En el 1400 a.C se establecieron leyes de protección frente a los ladrones, y en 475 a.C se implanta las primeras normas del cultivo de carpa gracias a Fan-Li. Se desarrolla en la época moderna, debido a la necesidad de productos proteicos y del deseo de estudiar el medio acuático. Y en segunda guerra mundial, se da importancia a la crianza de animales acuáticos por la reproducción artificial (peces, moluscos, algas, crustáceos). 



En cuanto a los griegos y romanos, existen numerosas referencias. Destacan Aristóteles y Plinio el Viejo, que escribieron sobre el cultivo de ostras. El general romano Lucinius Murena, inventó el estanque de cultivo (piscicultura) para (según Séneca), regular la glotonería de las gentes. En el siglo I obtuvieron grandes ganancias por su explotación comercial. 

Más adelante, la acuicultura no tuvo importancia hasta la Edad Media, en los que el cultivo consistía en el engorde de carpas y truchas.
En 1758, un investigador austriaco, Stephen Ludvig Jacobi, descubrió, la fecundación artificial de salmones y truchas. Sin embargo, este descubrimiento no se llevó al laboratorio y se olvidó. 


En 1842, dos pescadores franceses, Remy y Gehin lograron la fecundación artificial y se obtuvo alevines de trucha en un estanque. El descubrimiento llevó a la Academia de Ciencias de París a profundizar en el hallazgo, y con ello la creación del Instituto de Huninge, el primer centro de investigación en acuicultura.

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