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Qué es el Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes (PECS) y por qué es útil en personas con trastornos del habla

Este método busca promover la comunicación independiente y espontánea de la persona a través de imágenes.

El Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes (PECS, por sus siglas en inglés) es un tipo de Sistema Aumentativo y Alternativo de la Comunicación (SAAC) basado en imágenes, destinado a facilitar la comunicación en personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) o alguna discapacidad que dificulte el desarrollo del habla.

Su uso está más extendido en niños -a partir de los 14 meses- que en adultos, ya que en su caso el habla ya no es un objetivo. No obstante, también puede ser útil en ellos. "En los casos en los que se trabaja con adultos se puede ver como les permite poderse comunicar y entender mejor el entorno", asegura Sonia Vilaltella, directora de Pyramid Educational Consultants en España, compañía propietaria de PECS.

Este sistema, basado en un intercambio de imágenes entre el sujeto y el logopeda, profesor o responsable de la sesión, sigue un protocolo basado en seis fases para lograr enseñar el uso expresivo de las imágenes. La finalidad es que el niño o adulto aprenda a iniciar una comunicación de forma espontánea y a interactuar socialmente con los demás.

El PECS presenta distintas ventajas frente a otros SAAC, tal y como explica María Zaballos, logopeda: "Es sencillo de aprender, no requiere material complejo o caro ni formación avanzada para enseñar a utilizarlo, es útil en todos los ámbitos de la vida del niño, llama su atención y requiere mínima habilidad motora". 

Para trabajar con PECS se necesita únicamente una carpeta con anillas y tiras autoadhesivas donde se guardan las imágenes.

Un sistema creado para niños con autismo

El PECS fue desarrollado en Estados Unidos en 1985 por Andy Bondy y Lori Frost como parte del ‘Programa de Autismo de Delaware’, dirigido a niños en preescolar con TEA. Sus creadores buscaban un protocolo de enseñanza en el que el niño y no el profesor iniciara la interacción social, a diferencia de otras técnicas de comunicación como la imitación del habla o el lenguaje de señas.

Aunque este sistema fue ideado originalmente para niños pequeños con TEA, debido a su éxito y demostrada eficacia se ha ido implementado en personas con trastornos severos en la comunicación como el síndrome de Down, síndrome de Angelman, déficit auditivo o Trastorno Específico del Lenguaje (TEL).

El método está basado en el libro ‘Conducta Verbal’, del psicólogo experimental B-F-Skinner, y combina conocimientos del campo del ‘Análisis Aplicado de la Conducta’ (ABA) y de la ciencia del lenguaje. 

Seis fases: desde intercambiar imágenes a construir frases

El aprendizaje con este sistema se realiza de forma progresiva, a través de seis fases didácticas. "Las primeras van destinadas a que el niño se familiarice con el sistema y consisten en entregar una imagen al receptor para que consiga el objeto deseado. Una vez que se ha comprendido esto, comienza a combinar varias imágenes para construir oraciones. La última fase terminará cuando el niño sea capaz de comunicarse de manera espontánea y funcional", explica Zaballos.

A continuación, te explicamos en qué consisten estas seis fases:

1.- Cómo comunicarse: la persona aprende a intercambiar imágenes individuales por artículos o actividades que le gustan. De esta forma, al entregar una imagen al receptor consigue el objeto deseado.

2.-Distancia y persistencia: el sujeto aprende a generalizar esta nueva habilidad al usarla en diferentes lugares, con personas distintas y estableciendo distancias.

3.-Discriminación de imágenes: la persona aprende a elegir entre dos o más imágenes.

4.-Estructura de la oración: se comienza a combinar varias imágenes entre sí para construir oraciones simples en un ‘Tira-frase’ desmontable usando una imagen con la palabra "quiero", seguida de una imagen del elemento que se solicita. ​En esta fase, se puede añadir vocabulario adicional a las oraciones (adjetivos, verbos y preposiciones... etc).

5.-Peticiones en respuesta: los usuarios aprenden a usar PECS para responder a preguntas como "¿Qué quieres?".

6.-Comentario: se comienza a responder y comentar preguntas como "¿Qué ves?", "¿Qué oyes?" o "¿Qué es?". Además, se aprende a componer oraciones comenzando con "Veo", "Escucho" o "Siento".

Comunicación independiente y espontánea

Las investigaciones que se han desarrollado desde los años 60 han demostrado que los SAAC, al contrario de lo que se pueda pensar, no impiden el desarrollo del habla, sino que lo facilitan, "aumentándolo y/o compensando las dificultades de comunicación y el lenguaje de muchas personas con dificultades en esta área”, tal y como indica el Centro Aragonés para la Comunicación Aumentativa y Alternativa (ARASAAC).

No obstante, puede darse el caso de que un niño no desarrolle el habla después de usarlo: "El objetivo de PECS es fomentar la comunicación. El habla es una capacidad que no todas las personas con trastornos de comunicación pueden llegar a desarrollar a pesar de usar los SAAC, ya que tiene unos tiempos vitales de desarrollo y requiere de todo un sistema complejo que va más allá de la capacidad miofuncional", asegura la directora de Pyramid Educational Consultants en España.

El objetivo final de PECS es enseñar a las personas a iniciar una interacción comunicativa. Por tanto, también es útil para quienes pueden hablar pero no comprenden las necesidades de una interacción social o solo responden a las preguntas que se les realizan. 

PECS utiliza estrategias de ayuda y reforzamiento con el objetivo de fomentar la comunicación independiente de la persona y promover su espontaneidad. El protocolo, además, incluye la introducción de atributos en el lenguaje, como los colores o dimensiones.

"Numerosos estudios demuestran un aumento del vocabulario y una mejora en la comunicación espontánea de los niños gracias al PECS", asegura la logopeda.

(20minutos)