La sintaxis queda reducida en la práctica docente a un esquema gráfico que pretende reflejar las relaciones sintácticas. Raras veces los libros de texto muestran un modelo de representación, o lo hacen de una forma tan escueta y sucinta que resulta imposible aplicar en el aula. De esta forma, nosotros, los profesores y profesoras, hemos hecho de nuestra capa un sayo: imponemos nuestro modelo porque creemos que es el más acertado, olvidando a veces que la forma de representación también comunica, y de una forma tremendamente efectiva.

Últimamente, en los nuevos libros de texto de lengua castellana, predominan ciertos esquemas que adolecen de algunas contradicciones, si nos atenemos a su "lectura" visual, esto es, como imagen:

o, en una versión similar

Los dos son totalmente correctos desde el punto de vista sintáctico, aunque plantean problemas si nos acercamos a ambos desde su percepción visual. Si analizamos esta última, podemos comprobar que impone una "lectura visual" de abajo-arriba, sin que exista ninguna indicación (bien textual, bien visual) que lo indique. Nada hay en la imagen que nos indique que debemos hacer una lectura cuando menos "inhabitual", empezando a "leer" desde abajo, hecho aún menos frecuente cuando en la imagen predominan los elementos "textuales" (letras) sobre los elementos "visuales" (líneas). Lo habitual sería leer de arriba-abajo, en sentido izquierda-derecha.

Muy probablemente, el proceso seguido para su realización sea el mismo que el que debemos emplear para su lectura: de abajo-arriba. Pero la imagen final no incluye el proceso. Es más, la imagen final puede fácilmente llevarnos a hacer un "lectura natural": de arriba-abajo, en sentido izquierda-derecha. Y lo que es más problemático: puede inducir a los alumnos a hacer el análisis sintáctico en ese mismo orden.

Para acabar, la imagen final "comunica" una estructura sintáctica en que los elementos básicos están al final del proceso: SN-SUJ y SV-PV, cuando lo cierto es que son el primer paso del proceso. En efecto, el análisis sintáctico es un análisis de los diferentes "niveles" en que se estructura la oración. Y esos niveles presentan una estructura jerárquica.

Si retomamos la primera oración, observamos un proceso similar, sólo que en esta caso, presenta una doble lectura visual. Por un lado, la ya señalada antes; por otro, una lectura inicial previa, siguiendo el  "orden natural" (de arriba-abajo. de izquierda a derecha) que descompone la oración en palabras. Ambas lecturas son contradictorias, pues no siguen el mismo criterio.

Pero en el caso de esta última, parece especialmente grave desde el punto de vista  conceptual, pues induce a pensar que el análisis sintáctico comienza por el análisis individual de las palabras que forman la oración. La oración, desde el punto de vista sintáctico, no es la suma de las palabras que la forman, sino de sus sintagmas, de sus unidades significativas y funcionales. Nada tiene que ver, sintácticamente, el adjetivo "oral" con  el verbo"era", aunque en el discurso uno vaya a continuación del otro. De la misma forma, no hay ninguna relación sintáctica  entre la preposición "de" y el determinante "los", ni siquiera en los casos de los llamados "artículos contractos: al y del" . El adjetivo "oral" tiene relación con su núcleo sintáctico, "expresión oral" igual que el determinante, "los cuentos".

La propuesta que planteamos aquí es bien sencilla, pues refleja en la imagen final el proceso seguido. Consiste básicamente en reflejar el análisis sintáctico en su forma natural, esto es, de arriba-abajo y de izquierda a derecha, de tal forma que pudiera plasmarse oralmente o por escrito sin ningún problema, tal como piden en algunas comunidades autónomas. Basta con darle la vuelta.

No es un mero capricho. Un análisis, cualquier análisis, debe partir de la unidad mayor a las unidades más pequeñas. Además, es más fácil de realizar materialmente. No hay que calcular previamente el espacio que va a ocupar (como había que hacer en los otros, pues había que dibujarlos, escribirlos de abajo-arriba)

Hay otras concepciones subyacentes. La primera ya la hemos señalado. Aunque no se refleja con total claridad, sí que se puede ver, al menos, una estructura jerárquica que va de los elementos más importantes a los más pequeños. Por otro lado, permite reflejar el carácter recursivo de los sintagmas, esto es, la posibilidad que tienen los sintagmas de repetirse, aunque con diferentes funciones en los diversos niveles en que éstos se presentan. Unido a lo anterior, mediante líneas en lugar de segmentos, indicamos la posibilidad de expansión que tienen casi todos los sintagmas.