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Visor

Sueños y libros

       ¿Qué tienen en común los sueños y los libros?

      Fácil, ambos nos proporcionan esperanza. Cuando “soñamos con los ojos abiertos” y leemos un libro, tenemos en nuestras manos una llave que nos abre una puerta hacia nosotros mismos, hacia nuestra mente y hacia el “todo es posible”.

      Cuando leemos, entendemos una historia que no es la nuestra y nos refugiamos del mundo exterior, de nuestro mundo, que muchas veces puede que sea un caos; para meternos en uno donde nadie puede hacernos daño, y por un momento olvidarnos de todo y tener paz.

      Con los sueños ocurre algo parecido… ¿Por qué soñamos? ¿Por qué nuestra mente recrea escenas futuras, a las cuales nosotros les damos alas? Porque ahí entra en escena nuestro corazón. Nos imaginamos cosas que nos gustaría que pasaran, un futuro perfecto, donde, como ocurre con los libros, nos refugiamos.

      Por esta sencilla razón solemos decir que los sueños y los libros tienen mucho en común, cuando leemos un libro es como soñar despierto, tú mismo empiezas a recrear escenas en tu cabeza de lo que estás leyendo en esos momentos, nos ponemos en el lugar de los protagonistas de aquel libro y nos preguntamos… ¿qué pasaría si yo estuviera en esa situación?, esto nos ayuda a desconectar de nuestro propio mundo. Lo mismo ocurre en los sueños; son escenas creadas por nosotros mismos, cosas que queremos que ocurran, y que nos sirven para refugiarnos de todo. Muchas veces se produce una gran lucha entre nuestro cerebro y nuestro corazón, entre el “deber” y el “querer” y entre la lógica y los sentimientos.

      Muchas veces también tomamos decisiones con el corazón en vez de con el cerebro, pero eso es lo que nos hace humanos, nuestra esencia, ya que poseemos la virtud del conocimiento, pero también la del sentimiento. Por eso hay que saber usar la lógica, pero a veces también hay que encontrarnos a nosotros mismos mediante el corazón, que nos da razones para seguir y para luchar. Por eso mismo:

Mientras sigamos soñando y leamos libros, no todo está perdido.

 

D. C.  (4º ESO A)