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La Edad Media

La Edad Media en Europa

La Edad Media es el periodo que va desde la caída del Imperio romano, en el 476, hasta  el Descubrimiento de América, en 1492.

En el siglo III  el Imperio romano entró en crisis y la autoridad del emperador no era respetada en munchas provincias.

Los pueblos germánicos que vivían al otro lado de las fronteros, se hicieron con el poder en muchas provincias romanas.

 Los germánicos eran pueblos asentados más allá de las fronteras del imperio romano. Poco a poco fueron avanzando en busca de mejor clima y alimentos.

Los romanos los llamaban bárbaros, termino que signifcaba extranjero, pero también tosco, inculto, salvaje...lo que muestra la baja estima que los romanos mostraban hacia estos pueblos.

En realidad eran diferentes pueblos  que se extendían al norte del los ríos Rin y Danubio, ocupaban las costas del mar Báltico, zonas del norte de Alemania y de la actual Dinamarca.

  • Los bárbaros del norte y este de Europa habitaban zonas frías, con abundantes nieves. Estos pueblos constituían lo que hoy se entiende como pueblos germánicos.
  • Los bárbaros de las fronteras asiáticas vivía en estepas muy inhóspitas y en áreas montañosas. Se dedicaban principalmente a la ganadería y eran muy agresivos. Hostigaban continuamente a otros pueblos como los germanos, obligándolos a desplazarse hacia tierras del imperio en busca de protección.
  • En las zonas fronterizas del imperio en África se extendían amplios desiertos. Eran zonas casi deshabitadas, donde sólo vivían algunas tribus nómadas.

Los pueblos del norte se desplazaron hacia el sur de Europa atraídos por el esplendor de Roma, en busca de tierras fértiles y de un clima mejor.

Desde el siglo II se hizo frecuente la instalación de los germanos dentro de los límites del imperio romano, donde realizaron pactos de alianza. Muchos germanos sirvieron como soldados en sus legiones y trabajaron como colonos.

A finales del siglo IV, presionados por los hunos, pueblo salvaje de temibles jinetes mandados por Atila, procedente de las estepas del centro de Asia, , los germanos penetraron masivamente en el imperio romano. Los ostrogodos tuvieron que dejar sus tierras de Ucrania a los hunos y atravesaron el río Dniéster. Este desplazamiento provocó el de sus vecinos, los visigodos, que cruzaron el Danubio en el año 376 y se establecieron en el imperio.

La colosal empresa de administra y defender posesiones tan distantes acabó por desgastar al imperio. El emperador Teodosio trató de frenar la decadecia del imperio y lo dividió entre sus hijos con el fin de facilitar sua administarción. Esta decisión significó la ruptura de la unidad romana y abrió un futuro diferente para cada una de las dos partes del imperio. Occidente aceleró su decadencia y Oriente conoció una etapa de esplendor.

División del Imperio Romano

En Occidente  la autoridad imperial fue reduciéndose y, en el año 476, se depuso al último emperador llegando  a su fin el imperio romano de occidente, que se fragmentó  en una multitud de pequeños reinos gobernados por reyes germánicos.

 En el año 476 el emperador romano fue derrotado por los pueblos germánicos y desapareció el imperio. Este momento se considera el comienzo de la Edad Media.

Invasiones germánicas

Los pueblos germánicos fundaron reinos en las  antiguas provincias romanas de Europa. Así lo francos crearon un reino en la Galia que acabaría originando el reino de Francia. Los visigodos fundaron su reino en Hispania.

Reinos germánicos

El cristianismo se convirtió en la religión de los nuevos reinos. El Papa que era la máxima autoridad religiosa entre los cristianos, se estableció en Roma, y ejerció una gran influencia política sobre los reinos cristianos europeos.

La Edad Media comienza en el año 476 con la caída del imperio romano en manos de los pueblos germánicos.

 

 El feudalismo en Europa

Tras la caída del imperio romano, el comercio entró en crisis y muchos habitantes de las ciudades se fueron al campo en busca de seguridad. Allí vivían en feudos, que eran grandes territorios organizados cerca de un castillo. Así comenzó un nuevo tipo de organización social llamado feudalismo.

Características del feudalismo.

El rey era la máxima autoridad de cada reino, aunque cedía el gobierno de grandes feudos a los nobles. A cambio estos de convertían en sus vasallos y le juraban fidelidad en las ceremonias de vasallaje.

Los nobles vivían en sus feudos, en los que gobernaban y podían fijar  impuestos sobre los campesinos. Si el rey les pedía ayuda en la guerra debían organizar sus propios ejércitos y ponerse a sus órdenes.

La iglesia era también propietaria de tierras, que se organizaban en torno a monasterios. En ellos los monjes se dedicaban a la oración y al estudio.

Los campesinos trabajaban la tierra de los nobles y de la iglesia a cambio de protección.

Pirámide social en la Edad Media

Pirámide social en la Edad Media

En al Edad Media, la nobleza y la iglesia administraban grandes feudos a cambio de jurar fidelidad al rey.

 Para saber más....

El término Edad Media implicó en su origen una parálisis del progreso, considerando que la Edad Media fue un periodo de estancamiento cultural, ubicado cronológicamente entre la gloria de la antigüedad clásica y el renacimiento. La investigación actual tiende, no obstante, a reconocer este periodo como uno más de los que constituyen la evolución histórica europea, con sus propios procesos críticos y de desarrollo.

Durante los siguientes trescientos años a la caída del imperio romano  Europa occidental mantuvo una cultura primitiva aunque instalada sobre la compleja y elaborada cultura del Imperio romano, que nunca llegó a perderse u olvidarse por completo.

Comenzó con un decaimiento de  las ciudades, disminuyó y casi desapareció el comercio internacional, se redujo el uso de la moneda y la tierra quedó como la principal riqueza.

En medio de  interminables guerras los hombres anhelaron por encima de todo poder disfrutar de protección y seguridad.

 Como los poderes centrales, como el rey, perdieron toda autoridad se tuvo que recurrir a los poderes locales.

Se generalizó la costumbre de que los vecinos de un lugar se sometieron a quien los podía defender mejor: a veces un conde, pero muchas veces también algún particular que no poseía ningún título o cargo oficial, pero que se imponía a los demás por su valentía y su sentido de la autoridad. A estos hombres se les empezó a llamar señores, mientras que las personas que se encomendaban a su protección recibieron el nombre de vasallos.

Entre señor y vasallo se estableció una especie de contrato: el señor prometía protección a su vasallo; éste se comprometía, mediante un juramento de fidelidad, a ciertos servicios. Este régimen se generalizó a través de toda la sociedad: el rey encabezaba la pirámide: sus vasallos eran los duques, condes y otros señores poderosos. Éstos, por su parte, recibían la "fidelidad" de las personas más ricas e influyentes de su región las cuales, a su vez, recibían los servicios de vasallos más modestos. De esta manera, desde la cima hasta la base de la sociedad, toda persona estaba vinculada a otra.

Entre la gente campesina se distinguían dos clases: los siervos y los libres.

En los siglos X y XI, había mucho más siervos que hombres libres, sin duda porque los primeros eran descendientes de los antiguos esclavos del fin del Imperio Romano, Su condición no era muy diferente de la de sus antepasados. El siervo no era dueño de su persona, pues formaba parte de la tierra, de la gleba, como se decía entonces, y no podía abandonarla sin consentimiento el señor.  No podía abandonar la villa y trasladarse a otra parte, si desertaba, el señor podía perseguirle y apoderarse de él dondequiera que lo encontrase. Necesitaba la autorización de su señor hasta para contraer matrimonio.

El siervo podía ser vendido, prestado o cedido , y si esa heredad pertenecía a muchos propietarios éstos podían repartirse las hijos del siervo.

 La villa trataba de ser autosuficiente, esto es, producía lo que necesitaba y consumía lo que producía. Los mismos villanos hacían el pan, preparaban la cerveza y el vino, hilaban, tejían confeccionaban sus sencillos muebles. El trabajo tenía el fin de sustentar a todos los habitantes de la villa.

Los instrumentos y las técnicas agrícolas eran primitivos: la guadaña,  el molino de piedras, el arado de palo sin ruedas. No se practicaba una rotación de los cultivos. La mitad o la tercera parte de las tierras quedaba cada año en barbecho para que el suelo pudiera descansar. El rendimiento era muy bajo.

La vida del señor se desarrollaba principalmente en el castillo, que era habitación y fortaleza y símbolo de la vida noble. En el medio se elevaba la torre señorial con su atalaya. Los edificios y patios estaban rodeados por gruesos muros provistos de almenas y troneras y por un profundo foso. Para entrar al castillo había que bajar el puente levadizo y subir el pesado portón.

El castillo no ofrecía grandes comodidades y la vida transcurría tranquilamente. Las ventanas, sin vidrios eran pequeñas para poderlas tapar en el invierno. En invierno se prendía fuego para protegerse contra el frío. Pero las salas se llenaban de humo. En el siglo XIV empezaron a construirse chimeneas.

Para las comidas las fuentes se ponían en la mesa. Cada uno se servía con los dedos o con una cuchara y cuchillo. No se conocía el tenedor. Los huesos eran arrojados a los perros que se colocaban detrás de su amo. Las camas estaban cubiertas por un baldaquino con pesadas cortinas para protegerse contra el frío

La Iglesia mantenía sus propios tribunales con el fin de proteger a los débiles y desamparados y de castigar a los que violaban los mandamientos religiosos y eclesiásticos. Administraba justicia según el Derecho Canónigo, el derecho de la Iglesia, una recopilación basada en las Sagradas Escrituras, los escritos de los Santos Padres, las resoluciones de los Concilios y los decretos de los Papas.

El peor crimen y pecado era la herejía, la creencia en errores que, por ser contrarios al dogma, habían sido condenados por la Iglesia. La herejía era un crimen contra Dios y la sociedad. El herético se colocaba al margen de la sociedad religiosa y de la sociedad civil y era castigado por ambas. Para perseguir y castigar a los herejes, la Iglesia estableció los tribunales de la Inquisición.

El resurgir urbano medieval

A partir del siglo XI se recuperó la vida comercial en Europa.

Las principales ferias y mercados se celebraban en las ciudades, que aumentaron su población. Además de centros comerciales las ciudades medievales eran:

Centros artesanales. En las ciudades vivían muchos trabajadores manuales cuyos productos se vendían en el campo. Estaban asociados en gremios que agrupaban a trabajadores de un nismo oficio: tejedores, plateros, herradores...

Centros culturales y religiosos. En las ciudades surgieron las primeras universidades, como la de Bolonia que se fundó en Italia a finales del siglo XI.

Para saber más...

En los primeros tiempos de la Edad Media la economía tuvo un carácter casi exclusivamente agrícola.

A partir del siglo XI empezaron a renacer los mercados, los centros urbanos y el comercio internacional.

Aumentó el intercambio comercial entre las ciudades italianas y el Cercano Oriente. Con el tiempo, la cantidad de bienes traídos de Oriente llegó a ser tan grande que ya no pudieron ser consumidos por los mismos italianos. Los mercaderes empezaron a cruzar los Alpes y a vender sus mercaderías en los países del norte.

El comercio internacional se desarrollaba desde el este hacia el oeste. Las exportaciones de China y la India eran llevadas a los puertos del Golfo de Persia y del Mar Rojo. De ahí las caravanas de camellos y caballos partían a Alejandría en Egipto o a los puertos de San Juan de Acre y de Jafa en Palestina. Allí las mercaderías eran cargadas en los barcos y llevadas a las ciudades del norte de Italia, a Venecia, Génova y Florencia.

Un segundo sistema de comercio internacional se desarrolló en los mares del norte. Lana inglesa y paños flamencos eran llevados en barco por el Mar del Norte y el Mar Báltico a los puertos escandinavos y bálticos donde eran intercambiados por cueros, pieles, granos y madera.

Para la economía cerrada de las aldeas, sólo habían existido mercados locales, donde los siervos de la villa podían vender semanalmente los pocos excedentes de su producción agrícola y los productos de su industria doméstica.

A raíz del crecimiento del comercio internacional los señores feudales establecieron ferias, que se celebraban una vez al año y donde se juntaban los comerciantes provenientes de todas partes de Europa. Particularmente famosas eran las ferias de la Campaña de Francia. El señor concedía su protección armada a la feria a cambio de lo cual se le pagaba un tributo.

El aumento del comercio se relacionó con un aumento del uso de la moneda y del dinero circulante. En las ferias algunos comerciantes se dedicaron a los negocios de dinero: establecieron su banco para cambiar monedas; recibían dinero en depósito y giraban letras de cambio para poder efectuar pagos en otras plazas. También prestaban dinero cobrando intereses. Esta práctica fue prohibida en un comienzo por la Iglesia como usura. Mas con el tiempo se establecieron leyes para impedir la usura y establecer una tasa justa de intereses.

Al mismo tiempo renació la vida urbana. Muchas ciudades se formaron al pie de los muros de un castillo o al lado de un palacio episcopal o de un convento. Otras se establecieron a orillas de los ríos, las vías naturales del comercio.

En aquellos tiempos belicosos, las ciudades, al igual que los castillos, tuvieron que rodearse de poderosos muros y fortificaciones. En el centro de la ciudad había una plaza en que se celebraba el mercado semanal. A su costado se elevaban la Iglesia, el palacio del ayuntamiento y las casas de los principales gremios y de los patricios. Como el recinto urbano era reducido, las calles eran estrechas y las casas angostas de varios pisos.

 En un comienzo las ciudades dependieron del señor en cuyo territorio habían sido fundadas. A partir del siglo XI las ciudades se levantaron y, mediante negociaciones y violentas luchas, obtuvieron gradualmente su independencia, quedando sujetas directamente al rey. Los impuestos que las ciudades pagaban al rey aumentaban su riqueza y, por lo tanto, también su poder sobre los nobles. Las ciudades se convirtieron en aliados importantes de los reyes en su lucha por consolidar el poder central y quebrar la resistencia de la nobleza feudal.

Los artesanos tenían sus propias asociaciones, los gremios. Para cada actividad artesanal había un gremio correspondiente: joyeros, zapateros, peleteros, armeros, etc.

Para poder ejercer algún oficio, era indispensable pertenecer a un gremio. Este fijaba los precios y reglamentaba la cantidad y la calidad de la producción. Se debía realizar el trabajo por el honor del oficio y no por afán de lucro.

La formación de un buen artesano tomaba largo tiempo. Un aprendiz entraba de niño al taller de un maestro donde permanecía entre cinco y doce años. Vivía en la casa del maestro donde recibía comida y vestuario, pero ninguna remuneración. Al terminar el aprendizaje se convertía en oficial y empezaba a recibir un salario. Para completar su formación, los oficiales debían salir de viaje y trabajar en distintos talleres.

Vueltos a la ciudad natal, presentaban su obra maestra y rendían un examen para ascender a maestros. Las ciudades y los gremios muchas veces establecieron tratados  y alianzas con otras ciudades y otros gremios para concederse mutuos privilegios y unir sus fuerzas en la lucha contra los piratas, los salteadores de caminos y las ciudades rivales.

Con el desarrollo de la ciudad y de la población urbana apareció un elemento nuevo en la sociedad europea. El habitante de la ciudad o burgo, el burgués, a diferencia del noble, estaba interesado en el comercio y el trabajo y no en la guerra. En la ciudad no existía la servidumbre: "El aire de la ciudad hace libre". Los vecinos eran hombres libres que se sentían orgullosos de sus derechos, de su riqueza y de su poder.

El surgimiento de las ciudades, la formación de una próspera clase media, las reformas monásticas y el contacto con otras culturas estimularon el desarrollo cultural. Los príncipes y la Iglesia necesitaban de personas instruidas en las leyes. El comercio internacional y las operaciones de dinero requerían de un mayor grado de instrucción. Con el fin de responder a estas exigencias se formaron asociaciones de profesores y estudiantes, comparables a los gremios con sus maestros y aprendices. Estas corporaciones de estudio recibieron el nombre de Universidades. La  primera fue la Escuela de Bolonia, famosa por sus juristas.

 

También se construyeron iglesias y catedrales siguiendo nuevos estilos arquitectónicoa como el románico y el gótico.

En el año 1000 la población europea estaba aterrorizada por el miedo al fin del mundo (milenarismo). En el Apocalipsis de San Juan se decía que mil años después de Jesucristo el diablo, bajo la apariencia de un dragón, saldría del abismo en el que le había encerrado un ángel, causando la desolación en la Tierra. En aquella época, muchos interpretaron que la segunda oleada de invasiones que asolaron el continente europeo, las epidemias y otros fenómenos extraordinarios como eclipses y cometas que se estaban produciendo por aquellos años anunciaban que el fin del mundo y el juicio final estaban próximos.

Pasado el año 1000 sin haberse producido el temido "fin del mundo", los cristianos lo interpretaron como una segunda oportunidad que les concedía Dios, Nuestro Señor, para salvarse, llevar una vida más ordenada y hacer el bien. Como agradecimiento a esa segunda oportunidad, se empezaron a construir iglesias y catedrales de gran belleza, por toda Europa Occidenta

 Debido a las relaciones entre religiosos y nobles, los reyes, nobles, obispos y abades de los monasterios impulsaron la construcción de las grandes iglesias y a veces eran aldeanos quienes las costeaban y construían. Las obras las realizaban artesanos especializados como arquitectos, picapedreros, pintores, etc. El arte románico fue sobre todo un arte religioso, que reflejaba los valores de la nueva sociedad feudal, que a la vez era guerrera y cristiana.

  • El arte románico (siglos XI al XIII)

A partir del siglo X se desarrolló el arte románico, que se caracteriza por:

  • Edificios con muros muy gruesos.
  • Pocas ventanas y pequeñas que propician un  ambiente interior muy oscuro.
  • Los arcos son de medio punto, como media circunferencia.
  •   La bóveda de cañón, generada por la prolongación de un arco de medio punto y la cúpula de media naranja.

  Se le llamó Románico por que nos recuerda al arte Romano.

La arquitectura románica Iglesia románica de Santo Domingo en Soria
Románico Santo Domingo (Soria)

En la iglesia románica se narraba la Biblia en imágenes esculpidas en los pórticos de la entrada y en los capiteles de los claustros.

La paredes y las bóvedas se decoraban con pinturas que representaban escenas de la vida de Cristo y de los Santos. También se representaban animales fantásticos y escenas de guerra o de la vida cotidiana que nos permiten conocer la mentalidad y costumbres de la época.

En España el románico se introduce a través del Camino de Santiago

  • El arte gótico (siglos XIII al XV)
  • Edificios con muros esbeltos
  • Grandes ventanas decoradas con vidrieras.
  • Arcos apuntados

Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas catedrales llenas de luz.

Sus elementos esenciales son el arco apuntado y la bóveda de crucería, compuesta por arcos que se cruzan diagonalmente, llamados nervios. Este tipo de bóveda concentra los esfuerzos en cuatro puntos determinados en que apoyan los nervios cruzados, lo que permite prescindir de los muros macizos del Románico, sustituidos por amplios ventanales con vidrieras de múltiples colores.

 La catedral gótica, con sus altas torres y sus altas naves era expresión de una profunda religiosidad y de la mística esperanza del hombre medieval de unirse a Dios.

La catedral gótica

Catedral de León                 Catedral de Burgos

  A partir del siglo XI las ciudades europeas volvieron a ser  importantes centros comerciales, artesanales y culturales.

La vida en un feudo

Un feudo medieval estaba dividido en varias zonas:

Organización de un feudo

El castillo que era el lugar donde vivía el noble o señor feudal

Los campesinos que cultivaban las tierras del señor. Podían tener sus propias parcelas.

El molino solía ser propiedad del señor.

Vídeos

La Edad Media (17:15)

Los gremios (2.00)

La Edad Media - Ciudades, Mercaderes y Artesanos (1 hora)

Las universidades medievales (9:00)

La Edad Media - Fe, Ciencia y Magia (1 hora)

 

 

Curiosidades en el aula

Los vikingos PDF

Vídeo:Historia de la vikingos (10:00)

Los vikingos. Documental completo ( 1 hora)

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