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Visor

LA PEDRIZA

La Pedriza

El 5 de diciembre del 2011, 2ºA y 2ºB de ESO fuimos a La Pedriza, situada en la Cuenca Alta del Manzanares, para hacer un estudio medio-ambiental. Nuestro objetivo era llegar a la Charca Verde. Al principio parecía que iba a hacer mal tiempo, que la lluvia y el frío conseguirían arruinarnos el día, pero no fue así. Al poco rato dejó de llover y pudimos continuar nuestra caminata. El bosque era frondoso y en él  podíamos ver vegetación muy variada, además de unas pocas setas (quizás venenosas, quizás no). Después del descanso, a cada grupo nos asignaron un guía que nos guiaría hasta la Charca verde.

 Durante el recorrido, nuestra guía nos iba contando muchas leyendas y curiosidades sobre la flora que encontrábamos en el camino:

- El Tejo:

Cuenta la leyenda que antiguamente los pretendientes que querían cortejar a una joven tenían que ir al bosque, coger una rama de tejo y arrojarla en frente a la puerta de la casa de su amada. Si el padre de la chica sale y recoge la rama, significa que permite el casamiento, pero si es al contrario, significa que no lo permite. De ahí la frase “tirar los tejos a alguien”

 

- El Matapollos:

Cuyo nombre nos explica su función. Antes se usaba para matar a los pollos de una forma mucho más sencilla y limpia, pero al cocinarlos, había que cocerlos para eliminar el veneno de la carne y así no correr el riesgo de morir.

 

- El Escaramujo:

El arbusto escaramujo da un fruto pequeño y rojo llamado tapaculos, ya que al comerlo provoca estreñimiento. Al abrirlo, dentro hay una pequeña semilla. Esa semilla es comestible, es más, una compañera nuestra probó una.  

Y esas son algunas de las historias que nos contó nuestra guía sobre los árboles, los arbustos… Sobre la flora de La Pedriza. Durante el camino íbamos hablando y bromeando, parábamos de vez en cuando para escuchar algún dato curioso y así hasta llegar a la Charca Verde. El último trayecto no fue lo  más fácil de cruzar, que se lo digan a mi compañero que se dejó allí todas las fuerzas. Pero mereció la pena, porque la vista desde allí era espectacular. Es un lugar precioso.

 

Además de flora, también vimos fauna, poca pero algo vimos. Lo más curioso fue ver un águila, y lo menos agradable (al menos para mí), fue ver una araña bien grande. Yo les tengo fobia a las arañas, y a nuestra guía se le ocurrió contarme que en La Pedriza hay más de cinco tipos diferentes de tarántula. También conseguí ver una ardilla cuando nos adentramos un poco en el bosque, ya llegando a la Charca Verde. Allí paramos a beber agua, a comer un bocadillo o, simplemente, a tomar aire. Nos sentamos en aquellas resbaladizas piedras de la Charca y disfrutamos del paisaje y del frío clima.

 Sin más líos, volvimos al autobús. Aunque era el mismo recorrido, se me hizo mucho más corto el de vuelta que el de ida; también puede que fuese porque la mayor parte del camino de vuelta lo pasé corriendo con mi amiga. Justo cuando volvíamos, comenzó a llover más fuerte, así que me alegré de haber corrido. Subimos al autobús y allí nos esperamos a que llegaran los demás. Una vez estuvimos allí todos, comenzó el vieja de vuelta al instituto.

 Y esa fue nuestra experiencia en La Pedriza, un mágico lugar con espectaculares vistas, un clima frío pero ideal y una fauna y flora espectaculares dignas de allí.

Ayla Martín Ortega

María Fernández Marín

 2ºA de ESO