Introducción

El Centro de Educación Especial Miguel Hernández de Colmenar Viejo es un centro dependiente de la Comunidad Autónoma de Madrid. Su cometido es escolarizar a alumnos-as con necesidades educativas especiales de toda la Sierra Norte de Madrid, más la población de Tres Cantos.

Actualmente en el centro hay treinta y cinco alumnos-as. La mayoría de ellos-as  (63%) tienen algún tipo de deficiencia psíquica. Existe un porcentaje aproximado del 24% con trastornos graves de conducta y, por último, un 13 %  que son plurideficientes.

El nivel socio-económico y cultural de la mayoría de estas familias es medio. En el centro, trabajan, para atender a sus alumnos-as, un total de veinticinco personas, entre las cuáles se encuentran los profesores - todos especialistas en pedagogía terapéutica - los logopedas, los profesores de música y los profesores de educación física.

Después está la parte sanitaria que lo componen las enfermeras y las fisioterapeutas, y por último están los técnicos educativos que se dedican a cuidar las necesidades básicas de los alumnos como su atención a la hora de comer, su atención en el aseo y la limpieza, etc.

El Centro Miguel Hernández va a cumplir 20 años y a lo largo de su historia ha atravesado por distintas etapas. Antes de la implantación de la LOGSE se podría subrayar la labor de los Talleres de Aprendizaje de Tareas, enfocados sobre todo para los alumnos con un grado de deficiencia ligera. Cuando llegó la implantación de la LOGSE, como consecuencia de la integración de los discapacitados en aulas de los centros ordinarios, el centro quedó unido a una función más asistencial. La mayoría de sus alumnos-as eran plurideficientes y tenían pocas posibilidades de integrarse en centros de Educación Básica.

En la actualidad, lo más novedoso es el trabajo que venimos desarrollando en una experiencia en colaboración con la Escuela Infantil Los Enebros que tenemos al lado, con el centro público que tenemos enfrente Soledad Sainz, y con el Instituto Graham Bell. Es lo que se conoce como Escolarización Combinada. Consiste en que, en determinadas sesiones, alumnos de estos centros se incorporan a la dinámica del centro Miguel Hernández y viceversa.

De esta manera provocamos una situación de comunicación y de relación social que propician actividades de interacción y participación grupal, estimulamos una integración entre nuestros alumnos-as con los alumnos-as de otros centros y los alumnos-as de otros centros aprovechan los recursos que nosotros podemos ofrecerles: atención individualizada, grupos reducidos, una mayor especialización del profesorado, talleres, actividades inhabituales en centros ordinarios como pueden ser el aula-hogar, la actividad de piscina, organización flexible, etc.

Este nuevo camino que emprendimos hace dos años, está resultando una experiencia francamente positiva para todos los que participan en ella. De hecho, año tras año se va ampliando los centros interesados y el número de alumnos participantes. Oficialmente son treinta y cinco alumnos-as en el centro Miguel Hernández, pero tenemos a 7 alumnos flotantes del Graham Bell, a 2 alumnos del Centro Soledad Sainz, etc. 

En la Etapa Infantil, nuestros alumnos-as son acompañados por un técnico educativo y su tutor/a a la Escuela Infantil Los Enebros, ¿cuándo?, pues en los momentos de la Asamblea donde se trata de reforzar estrategias de relación social, aspecto muy pobre en nuestro centro dado que muchos de nuestros alumnos carecen de lenguaje. Nuestro alumnos-as se benefician en este aspecto.

Cuando los alumnos de la escuela infantil vienen al Colegio Público Miguel Hernández, les montamos algún pequeño espectáculo: les invitamos y vienen a ver cosas, a sorprenderse.

En la Etapa de Enseñanza Básica Obligatoria, los alumnos-as del Centro Soledad Sainz, con problemas motores, vienen a hacer técnicas instrumentales con nuestros alumnos-as, participan en el Taller de Madera y además los miércoles vamos juntos a la piscina para seguir un programa especifico de actuación.

Los alumnos-as del centro Miguel Hernández que van a otros centros, se integran, mayoritariamente, en tres momentos: en Educación Física; en Plástica y en  los Recreos.

La edad de los alumnos del centro Miguel Hernández es de 3 a 21 años. Cuando terminan su escolarización aquí, en Colmenar Viejo hay una Institución de la empresa Iberia (actualmente subvencionado por la Comunidad de Madrid), que viene funcionando desde hace muchos años. A esta institución se incorporan, dependiendo de sus características personales, en su Residencia, en su Centro de Día o en sus Talleres ocupacionales.

El Centro Miguel Hernández colabora con esta institución en distintas actividades de modo que se vayan conociendo las características de los alumnos-as, y por lo tanto, a sus futuros trabajadores-as.

Centrémonos en la creación del Taller de Teatro. La idea surgió a la hora de proponer una actividad diferente para el horario de las tardes. Normalmente las aulas están compuestas por grupos de 4 a 6 alumnos como mucho y pensamos que sería muy enriquecedor formar  talleres con  grupos más numerosos (10-12 personas de diferentes edades) con un punto de unión: las tareas que se propusieran.

Lo que se creó en un principio fue un Taller de Cuentos que luego terminaría siendo un Taller de Teatro de Dramatización, que es la experiencia que hoy nos ocupa. Lo que se hacía en este Taller de Cuentos era contar un cuento cada quince días: se trabajaba el cuento, se hacían distintas actividades y finalmente se recogían en un álbum hecho de manera artesanal. Ese cuento pasaba a formar parte de la biblioteca y quedaba allí a disposición de los alumnos.

Después vimos que, de alguna manera, podíamos dar un paso más. La adquisición de material tecnológico posibilitó este paso. A partir de ese momento, además de hacer la narración del cuento y los trabajos manuales que conllevaba el cuento, empezamos a darle a los alumnos-as la oportunidad de elegir sus personajes favoritos del cuento para, posteriormente, se dispusieran a representarlos y ser filmados.

El resultado fue y es magnífico porque conseguimos crear un hábito entre los alumnos-as de ponerse ante las cámaras con toda la naturalidad del mundo y representar los pequeños cuentos que elegíamos.

Una vez que hacíamos los montajes de esos pequeños cuentos, los grabábamos, los montábamos en cintas de una duración aproximadamente media hora y actualmente, son las cintas que ellos prefieren ver cuando no se puede salir al recreo y tienen que visionar un video. Disfrutan viéndose a si mismos. Además, con los fotogramas sacados de la filmación, montamos un libro que pasa a disposición de la biblioteca.

A la par del Taller de Teatro funcionaban otros dos talleres que se llamaban:

o         Taller de Manitas

o         Taller de Ritmo

Cada uno de ellos funcionaba con una programación totalmente autónoma. Cuando vimos los resultados del Taller de Teatro, decidimos integrarlos en un mismo objetivo; de esta manera, el Taller de Teatro trabaja la obra a nivel dramático, el Taller de Ritmo trabajaba páginas musicales que pudieran ilustrar la obra y el Taller de Manitas, se dedica a hacer el atrezzo.

Más tarde, los profesionales del centro pensamos que el Taller de Teatro podía hacerse mucho mejor  pero que para ello necesitábamos recibir formación  de personas que supiera realmente qué son las artes escénicas.

Fue así como solicitamos información al CAP de Colmenar Viejo. Y en estos tres últimos años nos han formado gente muy especializada: en luminotécnia, en maquillaje, en danza y en expresión corporal. Todos los años recibimos formación sobre alguno de estos temas, y eso, evidentemente perfecciona al personal del centro y, lo mejor de todo, es que tratamos de poner en práctica lo aprendido en estas pequeñas obras.

Entre los formadores hay que destacar el nombre de una persona que ha sido muy importante conocer, seguir sus enseñanzas y su forma de ver el teatro, ella es Maite León. Maite dirige una Fundación-Compañía llamada ?Psico-Ballet?, que trabajando con discapacitados a conseguido una experiencia y una fama a nivel internacional. Ella ha sido un factor determinante en todo lo que se ha conseguido.

Proyecto Comenius

Hace unos años participamos en un Proyecto Europeo Comenius con Portugal e Italia. Actualmente, repetimos la experiencia y estamos inmersos en otro proyecto europeo Comenius que se llama Vivir la Música, de nuevo con Portugal e Italia.

El objetivo de estos países, además de sensibilizar musicalmente a sus alumnos-as, es crear un espectáculo para representarlo cuando nos visiten los alumnos-as y los profesores-as de Portugal e Italia. El compromiso que adquirimos las tres partes fue representar lo que hemos estado preparando durante todo el curso.

Después de la primera representación que hicimos de la obra El regalo del pescador, nos dió pena que todo el trabajo y el esfuerzo que habíamos realizado se acabara aquí, así que hablamos con Pedro Villacampa - Director de la Casa de la Juventud de Colmenar Viejo - y aprovechando que el año pasado fue el Año Internacional de las Personas con Discapacidad, le propusimos representar una función para todos los niños de los centros de Colmenar Viejo, que estuviesen acogidos en aulas de integración.

Y así lo hicimos, vinieron las aulas con los alumnos-as ordinarios y sus compañeros con discapacidad a ver la obra. La representamos dos días y ahí se acabó.

Pero, después de ver las representaciones, Pedro quiso ir más allá, quería que la obra se representara para el resto de alumnos-as de Colmenar Viejo. Fue así como se amplió el aforo y se pasó de actuar en la Casa de la Juventud a actuar en el Auditorio de Colmenar Viejo para trescientas personas (por función) y durante tres días (27,28 y 29 de enero de 2004). se representó la obra.

Todos participan

En principio, en todos los montajes de teatro que se han hecho, se ha procurado que participen, en mayor o menor medida, todos los alumnos.

Si algún alumno-a el día de la actuación cae enfermo y no puede acudir, se sustituye por otro-a, que, sin haber ensayado, se sabe el papel.

El principio de que de acuerdo con sus posibilidades participen es algo que procuramos llevar a rajatabla. Sacamos a todos-as en las funciones, aunque solo sea para que estén de manera testimonial.

Para montar la obra participamos todos en todo, aquí no hay para nada un encargado fijo. Se aprovechan todas las ideas que son sugeridas por cualquier miembro de la plantilla. Es una especie de sumatorio de ideas y sugerencias. En un segundo momento, sí hay un encargado para todo lo que es vestuario, otro grupo se encarga del escenario, el planteamiento (unas veces es un fondo, otras veces luces y elementos decorativos), otro grupo hace el vestuario, otro grupo el maquillaje, otro se encarga de los aspectos técnicos, otro del montaje de sonido, etc.

Los ensayos

No solemos, en su sentido estricto, hacer ensayos. Nosotros seguimos trabajando con normalidad en nuestros talleres y cuando hay una obra que estemos preparando se crea un Cuarto Taller. Éste organiza las pruebas de cada uno de los números y cuando llega tal día sabes qué se va a ensayar. Entonces los niños que forman parte de ese número teatral no van a su correspondiente taller sino al Cuarto.

Ahora mismo, si fuéramos al taller de teatro nos encontraríamos que se está trabajando sobre el maquillaje porque es algo muy complejo, al tratarse de este tipo de alumnos  no  se sienten seguros al ponerse algo en la cara, al ponerse caretas esa es la razón de  estar trabajando este aspecto, buscando formas de caracterizar futuros personajes. Si vamos al Taller de Ritmo nos encontraríamos que estan trabajando la misma música y movimientos corporales que se pueden utilizar en futuras representaciones, en fin , que cada taller sigue con su propia programación.

Apoyo económico