El artículo de hoy está dedicado al ejercicio de la actividad del coaching con una vertiente muy particular, el coaching especializado en la mujer. Para ello, nos hemos fijado en Vadeniños, una web especializada precisamente en el coaching para mujeres con información para la educación de los hijos, las relaciones profesionales, personales y de pareja.
En líneas generales, si tuviésemos que describir en pocas palabras el rol que ocupa la mujer en el mundo de hoy, podríamos hablar de un lugar de progreso que, paradójicamente, conlleva una carga excesiva de esfuerzos y responsabilidades. La mujer de nuestros días ha logrado alcanzar numerosas conquistas que décadas atrás parecían muy difíciles de conseguir. Las funciones originales de esposas y madres han dejado de ser exclusivas, mientras que el desarrollo laboral y el desempeño profesional han obtenido un estatus que antiguamente no formaba parte del universo femenino.
Esto no es nuevo, el camino recorrido ha sido extenso y ha atravesado, incluso, cambios de siglos. Sin embargo, es en la actualidad cuando con mayor contundencia se manifiesta la problemática de la mujer frente a los variados papeles que cumple cada día. La crianza de los hijos, el cuidado de la casa, las obligaciones derivadas del trabajo y el estudio se presentan como un conjunto de exigencias que pueden hacer tambalear a la más fuerte. Es cierto también que los hombres participan más activamente de todo tipo de tarea familiar, que las edades promedio para contraer matrimonio han aumentado y que la cantidad de hijos se ha reducido. No obstante, las horas no alcanzan y el cuerpo reclama cuando es preciso afrontar las arduas obligaciones de cada jornada.
La mayoría de las mujeres aspira a poder honrar todos sus compromisos y a hacerlo de la mejor manera. Existe, desde luego, una exigencia que no solo emana de los otros, lo que la sociedad espera de ellas, sino que, además, nace de las expectativas propias y personales. Desean ser excelentes madres, eficientes amas de casa y reconocidas profesionales en constante progreso. En numerosas ocasiones, pertenecer al mercado laboral no es una elección, sino, por el contrario, una necesidad insoslayable, ya que las condiciones económicas así lo determinan. Pero, el listado de imposiciones no se agota acá: los mandatos de la época indican que, además, las mujeres “deben ser” siempre bellas, delgadas y jóvenes.
Ante semejante panorama es muy frecuente preguntarse si los avances femeninos no han terminado convirtiéndose en un traicionero bumerán, que al ser lanzado en nombre de la libertad y la igualdad, acaba devolviendo una pesada carga que abruma y sofoca. No es extraña, por lo tanto, la existencia de millones de mujeres que se sienten agotadas, desorientadas, atrapadas y tristes. La lucha por hacerlo todo y bien, la escasez de tiempo para dedicarse a actividades placenteras y el exceso de responsabilidad que acecha como una amenaza omnipresente suelen generar estados emocionales que pueden afectar seriamente la calidad de vida.
Existen, por otra parte, situaciones particulares que las mujeres deben atravesar, causantes de un estrés que puede empeorar el estado de cosas. La infertilidad, el divorcio, la violencia de género, el acoso laboral, por citar algunas de las más significativas, son circunstancias que provocan temor, inseguridad y la necesidad de desplegar un gran esfuerzo para superarlas y para lidiar con las consecuencias negativas que generan. Además, las etapas naturales por las que las mujeres transitan durante su vida –embarazo, parto, puerperio, climaterio y menopausia- son causantes de cambios fisiológicos y psicológicos profundos y complejos.
La buena noticia es que ellas disponen de cientos de recursos destinados a revertir situaciones complicadas: espacios terapéuticos, grupos de orientación femenina donde compartir experiencias y buscar soluciones, coaching o entrenamiento profesional para abordar las diversas problemáticas y acceso a variada y abundante información calificada, entre los principales. De este modo, la mujer de hoy podrá, en primer lugar, identificar sus miedos y conflictos, para luego descubrir sus propios deseos y su propósito vital, muchas veces ignorados debido a la marea de obligaciones que la empuja día tras día. Reconocer los límites y establecer una estrategia para alcanzar los objetivos, actuando saludablemente, será un paso fundamental para alcanzar el equilibrio en una época en la que no resulta fácil ser mujer.