La mejora de la convivencia escolar desde una mayor participación de las familias en el centro escolar Virgen del Cerro

Al iniciar el desarrollo de nuestro Proyecto de Dirección, en el curso 2012- 2013, los problemas de convivencia escolar eran significativos. Nuestro interés era promover la participación de los padres en la escuela en el entorno escolar, directamente en actividades educativas con el fin de trabajar sobre valores. De esta forma, en coordinación con el profesorado se fomentaría la convivencia de familias con profesoras/es y alumnos/as compartiendo valores en un espacio común de convivencia escolar.

Como asunto multicausal que es, la convivencia debe ser abordada desde varios frentes. Dejando para una exposición posterior otras actuaciones realizadas para conseguir una mejora de la convivencia, en este artículo nos centraremos en la descripción de la participación escolar y del papel de la participación escolar en el clima del centro y la convivencia. Describiremos, para ello,  las actuaciones que se realizaron en relación con la participación familiar.

Entendemos al igual que  Juan Carlos Tedesco (1995, p. 168) que «la educación es una actividad donde la profesionalización integral no sería posible ni conveniente», requiriéndose –cuando menos– una «profesionalidad ampliada». En la tarea de establecer alianzas con la comunidad, el modelo de profesional autónomo se queda corto, y el de profesional que trabaja de modo colegiado con sus compañeros debe ampliarse con otros sectores sociales, especialmente las familias.

Creemos que desarrollar un profesionalismo que abra las escuelas y los profesores a los padres y al público (una clase, una escuela) con un aprendizaje que vaya realmente en dos direcciones, es la mejor manera de forjar la capacidad, la confianza, el compromiso y la ayuda para los profesores y la enseñanza, y de ella depende el futuro de su profesionalismo en la era posmoderna (Hargreaves, 2000a, p. 230).

 En el curso 2012-2013, la participación  de las familias en el CEIP Virgen del Cerro era casi inexistente. La participación en el Consejo Escolar era nimia. Por otra parte,  el escaso número de socios de la AMPA y la poca participación de las familias en el centro propiciaban en  numerosas ocasiones numerosas dificultades que nos propusimos mejorar.

Considerando la importancia que la conexión entre la familia y la escuela tiene para la  convivencia escolar y para la mejora de la calidad educativa, decidimos acometer una serie de actuaciones conducentes a la mejora de la participación familiar a todos los niveles.