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Prospección y excavación submarina
Introducción
La arqueología submarina tiene como fin el estudio de la evolución del hombre y su historia a través de los restos sumergidos. El personal que trabaja en este sector puede realizar numerosas labores. La principal tarea se basa en la realización de prospecciones y excavaciones submarinas profesionales que empleen técnicas de recuperación que no dañen el fondo marino y que aporten la mayor información histórica posible.
No tiene una metodología muy distinta a la que se hace en tierra firme, por lo que el papel del arqueólogo consiste en adaptar la metodología de la investigación arqueológica al medio acuático utilizando los instrumentos adecuados para desenvolverse en el entorno.
El trabajo de campo de la arqueología subacuática se suele dividir en tres fases:
- La documentación, que en esta caso hemos considerado oportuno introducirla dentro de la prospección. Y consiste en el estudio y recopilación de la información que se trabajará posteriormente.
- La prospección, conjunto de trabajos encaminados al estudio de una zona geográfica amplia con el fin de localizar el mayor número posible de sitios arqueológicos mediante un reconocimiento superficial.
- La excavación, método destructivo de investigación para conseguir una disección del yacimiento con el fin de estudiarlo y extraer de él los elementos que lo conforman.
Hoy en día, los métodos de prospección y excavación submarina han sufrido un gran avance, utilizando modernos sistemas para la localización de restos arqueológicos, así como lo que se conoce como teledetección.
En cuanto a la legislación en el campo de la prospección y excavación submarina, está orientada y dirigida al estudio, investigación o examen de datos sobre toda clase de restos históricos, sin remoción de terreno. La falta de aplicación de esta sobre el patrimonio arqueológico sumergido ha llevado a que coleccionistas y guardafortunas mantengan en su poder restos arqueológicos de gran valor histórico antes de su estudio e investigación, por lo que es imprescindible documentar cualquier objeto arqueológico de procedencia submarina.